Capitulo 28: Del aeropuerto a la casa

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Íbamos por la carretera de regreso a casa

Sylvie y un pequeño Sprigatito adormilado miraban curiosamente por la ventana, presenciando con asombro el páramo cuasi desértico que nos rodeaba mientras yo aprovechaba pequeños instantes para dar un rápido ojeo a su acciones

Gracioso

La marchita vegetación mostraba un atisbo extraño de vida

Mostrando una ilusión de frondosa naturaleza creciente, cuando realmente se trataba de maleza y plantas que a duras penas vivían

Eso junto a algunos pokémon varios que, peculiarmente, yacían como si nada pasase, como si el yermo medio muerto en el que se encontraban, fuera realmente parte de unas prosperas llanuras

—estoy muy feliz de volver a verte—

La Meowscarada mencionó tímidamente mientras ponía una de sus patas sobre mi pierna, dirigiendo sus hermosos ojos hacia mí

Noté su parte superior vestía con un conjunto de dos playeras, una de manga corta, color mostaza y la leyenda "Yo Amo a la Humanidad" sobre su pecho, la otra playera se encontraba debajo de la primera, era de manga larga y color entre morado y purpura

Obviamente, su característica bufanda combinaba posada sobre su cuello

Adicionalmente pude notar que portaba un short de mezclilla que le llegaba casi hasta la rodilla

—todos esos años esperé esto, sabes?—

Continuó con calma mientras en segundo plano jugaba tiernamente con el pokémon sobre su regazo

—mientras estudiaba me sentía muy sola sin ti a mi lado—

El orbe vegetal que comúnmente revoloteaba a su alrededor esta vez actuaba como un juguete con la misión de divertir al pequeño pokémon

Este sonreía y ronroneaba mientras débilmente cambiaba la trayectoria del orbe con sus humanoides manos con garritas

Ciertamente, el pequeño se asemejaba más a un humano, pero cubierto de pelaje y con una cola, dejando ver esa semejanza con un pokémon común gracias a sus patrones, colores y la forma de algunas de sus facciones, sin olvidar su pequeña boca

La cual estaba en la lucha entre ser un hocico y una boca humana, dejando el resultado en una peculiar amalgama que tiraba más al lado humano, pero manteniendo esa linda y tierna nariz propia de la especie de la pokémon

—extrañé al equipo, sabes?—

El pequeño carcajeó, consiguiendo atrapar por fin el orbe, aunque poco duró su victoria

Pues este salió disparado hacia el hombro de la Meowscarada tras unos pocos segundos

—Te extrañé a ti...—

Su mueca tímida resaltó, una tristeza nostálgica, escondida tras una sonrisa posiblemente forzada

—uwaaa~—

Parecía que el pequeño intentaba articular algunas palabras, pero solo quedaban en pequeños balbuceos irreconocibles

—hace un poco de calor, no?—

Pregunté mirando como el calor de la región creaba pequeñas ondulaciones de apenas unos centímetros de longitud sobre el capó de mi auto

—que tal estaba el clima en Paldea?—

Disimulaba de la mejor manera que podía al elefante en la habitación, teniendo vergüenza por preguntar, a la vez que sintiéndome algo extraño por la situación

Una familia un poco raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora