La búsqueda emprendida por "la tripulación de oro", a pesar de durar semanas enteras, resultó ser un completo fracaso.
Los piratas se empeñaron tanto en encontrar perlas que no notaron la ausencia del "novato" y este último, a escondidas, logró definir con mayor presición su plan.
Así pues, los ladrones tuvieron que devolverse a sus tierras. Mientras que en ellos reinaba la amargura y frustración, en Changbin gobernaba la ilusión y alegría. "El aprendiz", consecuente, ocultó a la perfección aquella diferencia de emociones empatizando falsamente con sus compañeros.
Próximos a sarpar, el pelinegro se asomó por las barandijas de madera para corroborar que el rubio estuviera junto al barco. Siendo así, lo llamó con cuidado de ser escuchado y se despidió de él temporalmente.
Sarparon.
Felix, aunque dudaba de sí mismo, se propuso nadar con todas sus fuerzas; día y noche, no pararía de moverse. Dicho y hecho, así fue.
El pecoso tosía con frecuencia y de su boca brotaban perlas; ya que, meses atrás, había comenzado a enfermar. Las sirenas enfermas, por naturaleza, expulsan perlas al toser.
Cada mañana el mayor preguntaba por el bienestar del menor y este último, creyendo que hacía lo correcto, aseguraba estar en buenas condiciones.
Changbin le dio una balsa de auxilio a Felix y él la usó para guardar sus perlas. Así no sólo sorprendería a todos con su presencia, sino también con una barbaridad de piedras blancas.
Los viajes en navío son extenuantes, seguir su ruta nadando lo es aún más.
Eventualmente, la sirena se debilitó; pero, como era humilde y obstinada, no le informó al pirata.
El bajito, por su parte, no pudo evitar elogiarse de vez en cuando. Después de todo, su "idea alocada" resultó funcionar a la perfección y pronto se convertiría en el pirata más exitoso de todos los tiempos.
Con el paso del tiempo las perlas colmaron la balsa.
Las mencionadas perlas eran el tema de conversación de cada tarde. A pesar de que tenían oro, los ladrones, avariciosos, se lamentaban de no haber podido conseguir aquel objeto.
- "El aprendiz nos trajo mala suerte" - repetían con burla.
Hubiérase deprimido el pirata, pero como todas las mañanas lo veía a él, a su dulce pecoso, le daba poca importancia a dicho comentario.
El pequeño nadador se sentía cada vez más incapaz. Jamás en su corta vida se había alejado tanto de su tierra natal. Afortunadamente, su familia nunca le había querido, por lo que abandonarla no fue un suplicio. A veces se preguntaba: "¿Cómo es que Changbin no pensó en eso?"
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.- "Changbin ¿crees que conseguirás pareja algún día?" - le interrogó uno de sus compañeros insólitamente.
- "¿Pareja?" - resaltó en su mente y esta última proyectó la imagen de "su hallazgo" - "¿La sirena?" - reflexionó en voz alta.
- "¿La que?" - replicó su compañero con tono jocoso - "¿Otra vez con eso? Pensé que te habías curado. Por esa alucinación tuya perdiste a las mujeres que se fijaban en ti"
Razón no le faltaba, pero Changbin sabía que eso no importaría dentro de poco tiempo; cuando vieran "su tesoro"
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."Últimamente te ves más brillante" - aseguró con la voz alta para que se le oyera.
Al escuchar su inocente afirmación un par de lágrimas acariciaron su rostro.
La sirena, que no podía más, brillaba intencionalmente cada vez que el pirata se asomaba a observarla.
"¿Qué sucede?" - preguntó Changbin con preocupación. Tiró la escalera y a punto de bajar, Felix lo detuvo con un grito; uno real, no como los que usualmente hacían para charlar.
"¡No bajes!" - exclamó con el diafragma.
- "¡¿Por qué?!"
- "¡Porque...estoy haciendo una sorpresa para ti!"Aunque fue una respuesta inesperada, el pelinegro se sintió bastante contento. Como las esposas con sus esposos ¡el rubio le estaba preparando algo lindo!
Esto ha sido todo por el capítulo de hoy. Duerman y coman bien.
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"𝙀𝙧𝙚𝙨..." - 𝘾𝙝𝙖𝙣𝙜𝙡𝙞𝙭 [𝘾𝘼𝙉𝘾𝙀𝙇𝘼𝘿𝘼]
FanfictionChangbin soñaba con hallar un tesoro y demostrarle al mundo que el altamar sí era lo suyo. Con lo que no contaba: Un tesoro peculiar ¡una sirena!