Aquella tarde su pirata no lo visitó, gracias a ello pudo tomar un respiro, no tuvo que esforzar su cuerpo para que luciera sano. Aún así, le entristeció el hecho.
"Estamos cerca" - pensó.
Su cabello, antes rubio vivo, había cobrado un color cenizo; sus labios, que brillaban seductores, tomaron un aspecto grisáceo; sus pecas, que destacaban por sus rosaceas mejillas, se mostraban deprimidas en su pálida piel.
"¿Se habrá dado cuenta?" - preguntó para sí. ¿Y si Changbin no lo quería ver? Ahora era feo y poco llamativo ¿Y si era para Changbin una mercancía y como se había "dañado" ya no lo quería junto con él?... lo planteó en segundos.
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."Guarda silencio novato" - le dijo, pero él decidió sincerarse. Le contó todo, desde su primer encuentro con Felix hasta sus visitas por la tarde.
Minho logró entender el enredo en el que se había metido su compañero; su nefasto enamoramiento le causó compasión, pero el saber que existía una sirena le siguió encaminando a la codicia.
"¿Qué haremos ahora?" - dijo, luego se sentó en la silla que anteriormente Changbin había ocupado.
Dicha pregunta generó cierto alivio en el aprendiz, ya que, según su lógica, quería decir que estaba de su lado (o al menos no en su contra).
- "Mmm..."
Ninguno dijo nada a lo largo de varios minutos.
"No diré nada de esto, ya veremos qué se nos ocurre" - anunció Minho con condecendencia.
Los ojos de Changbin se empañaron de un aspecto cristalino.
"Vayamos a verla, que sepa que estamos prontos a llegar" - decretó el experto pirata.
Es así que ambos caminaron en dirección al balcón.
Minho fue unos pasos adelante. Changbin no le refutó, pues quería que se sintiese lo mejor posible para que no perdiera su sentido de compasión.
Llegaron. Miraron a un lado, miraron al otro, regresaron al primero... ¿y la sirena? Volvieron a mirar, entrecerraron los ojos por si estaba lejos: Nada de nada.
"¡Felix!" - gritó el pelinegro en cuestión de segundos, con preocupación instantánea.
"¡Felix!" - gritó de nuevo.
"¡Feeeli...!" - exclamó a medias, pues su compañero lo detuvo con un ademán.
"Busquemos más a fondo. Yo por acá, tú por allá" - dijo el castaño haciendo señal.
El pelinegro asintió con la cabeza.
"¡Por todo lo que más quieras, Felix, aparece!" - corrió a buscarlo. Como el navio era grande podría haberse dispersado por algún sitio recondito, por lo que no perdió esperanzas.
Por su parte, Minho no se topó con la sirena, pero sí con una balsa; parecía de esas de auxilio y estaba repleta de perlas... repleta... ¡¿Perlas?! ¡¿Repleta de perlas?!
El chico se frotó los ojos sin creer lo que veía. Al corroborar que estaba en la realidad, se apresuró a ella y la observó con detenimiento.
Poco tiempo pasó para que Minho creara una hipótesis que le hizo rechinar los dientes de rabia.
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.Cuadragésimo día de viaje
- "¿Y que hay de tu familia?"
- "Están en casa. Mamá y papá. No tengo hermanos"
- "Esposa e hijos ¿No tienes tampoco?"
- "No... soy medio fracasado"Felix miró con caridad a Changbin - "No digas eso. No es tan malo" - le dijo.
¡Qué tonterías decía el rubio!
"Claro que lo es. Todos los hombres tienen una mujer e hijos" - objetó el más bajo con un gesto de disgusto.
"Yo no tengo ni de padres ni de esposa" - aseguró, repentinamente, el menor. La sirena no tenía una familia que lo cuidase ni una a la que cuidar.
El pirata sabía que no tenía esposa (menos hijos)... un sexto sentido se lo dijo desde siempre; pero no podía creer que no tuviera un padre, una madre o hermanos - "Pero aquella vez dijiste que tenías la cola de sirena más linda de tu familia" - remitió incluso.
La sirena rió con un suspiro intermediario, bajó la mirada, jugó con el agua un rato, subió la mirada - "Te mentí. No sé quiénes son ni cómo son. Me abandonaron de bebé" - confesó.
Changbin contuvo muchos pensamientos... "¿Cómo es que recién me entero de esto? ¿Llevará sintiéndose desolado desde hace mucho? ¿Habrá pensado mal de mí?" Comenzó a reflexionar. De entre todo lo que pensó no planteó, curiosamente, lo más obvio: La sirena se había entregado plenamente a él, porque estaba sola"
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."¡Eres un maldito embustero!" - gritó Minho a punto de explotar de la furia.
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"𝙀𝙧𝙚𝙨..." - 𝘾𝙝𝙖𝙣𝙜𝙡𝙞𝙭 [𝘾𝘼𝙉𝘾𝙀𝙇𝘼𝘿𝘼]
FanfictionChangbin soñaba con hallar un tesoro y demostrarle al mundo que el altamar sí era lo suyo. Con lo que no contaba: Un tesoro peculiar ¡una sirena!