No he recibido señales de mis amigos en Duskwood desde el accidente en la mina. ¿Qué pasó con ellos después de aquella noche? ¿Jake pudo salvarse a si mismo? ¿Y como es que sabían donde se encontraba Jake?
¿Y si todo esto fue un plan, una traición?
...
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Corre, Maxine.
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Beep...
Beep...
Beep...
Colgué.
Habían pasado casi cuatro semanas desde el accidente en la mina. Desde que había vuelto Hannah. Y no tenía ni la más mínima señal de mis amigos. Nada de Jessy, ni de Dan.
Tampoco de Jake...
Había intentado comunicarme con todos. Cada uno de ellos. Cada maldito día. Incluso me las arreglé para conseguir el número de Hannah. Pero todo fue en vano. Nadie apareció y me sentí completamente sola y desconcertada.
Ya estaba en un estado en el que mi mente había sobre pensado cada punto, desde aquella noche no pude dormir más de cuarenta minutos por día y llegué a muchas conclusiones:
Primero: Jake no había logrado escapar de la mina...
Le di millones de vueltas en mi cabeza y no encontraba otra respuesta. Él mismo había dicho que no existía otra salida y la única que había estaba rodeada por el FBI en espera de Jake. Él nunca supo que Richy era él hombre sin cara, ni supo el por qué. Tampoco que Richy planeaba hacer volar el lugar.
Jake estaba muerto. Y mi corazón se rompía como cristal que era arrojado el piso.
Segundo: Tal vez mis amigos desaparecieron apropósito.
Digo, Thomas sabía mi número de memoria y si hubiesen cambiado sus números me hubiesen contactado fácilmente. Pero analizándolo bien, ellos nunca supieron nada relevante de mí. Todo se trataba de encontrar a Hannah. Entendía que realmente querían que los ayudara a encontrarla. Entendía su desesperación por encontrarla... pero no hacía falta ser tan crueles.
Yo arriesgué todo por ellos. Mi seguridad, mi estabilidad. Todo para que al final simplemente me dejaran sola.
Y todo se estaba yendo al demonio conmigo pues el FBI no se había olvidado de mí. Ya que Jake se había ido, aún les faltaba atrapar a la cómplice del hacker que habían perseguido por años. No sabían dónde me encontraba gracias a que Nymos seguía protegiéndome, pero había empezado a fallar luego del accidente y tuve que aprender en dos semanas un cinco porciento de lo que Jake había aprendido en más de cuatro años. Nymos me ayudó con eso.
Me estaba desesperando, llevaba horas tratando de llamar a los demás por milésima vez. Incluso a Phil, asumiendo que lo habían liberado por obvias razones.
Pero ni siquiera él atendía el maldito teléfono.
Y me cansé tanto de esperar que en mi pecho nació una presión dolorosa. Punzante. Estaba a punto de llorar pero la tristeza no tenía nada que ver. Era una idiota. Había confiado en ellos. Me ensucié las manos para encontrar a Hannah y ahora que apareció, yo tenía que resolver mi mierda sola.
Lo siento, Richy. Pero ya no somos uno para todos ni todos para uno.
Las lagrimas empezaban a correr por mis enrojecidas mejillas de nuevo.
No entendía por qué. Es decir, pasaba las 24 horas del día buscando cualquier cosa que me llevara a Hannah. Siempre estaba en espera de algún mensaje. ¿Qué otra cosa necesitaban para entender que mi día giraba en torno a ellos y a sus problemas? Y pensar en la muerte de Jake solo empeoraba las cosas.
HACKEO DETECTADO.
-Mierda -maldije en un murmullo y tomé mi laptop para ayudar a desviar el hackeo.
Gracias a que Nymos era un bot creado por Jake específicamente para protegerme, tenía acceso a cada parte de él. Incluido lo que necesitaba hacer en ciertos casos. Casos como este.
ADVERTENCIA. ¡Desconocidos están intentando obtener tu localización!
Oh mierda.
Mi corazón tomó un ritmo mucho más acelerado y mis manos empezaron a temblar. Estaban intentando rastrearme.
Error.
-Por favor Nymos, no me dejes ahora- supliqué como si pudiera oírme y volví a intentar.
Error.
- No. ¡Mierda, no!-intenté muchas veces más, pero fue inútil.
La pantalla de mi laptop se volvió oscura, luego se pixeleo.
Y para cuando volvió a encenderse, pude ver mi dirección exacta en un mapa global.
Roma, Italia. Calle ***, Casa ***.
-¡Maldita sea! -grité desesperada y corrí directamente a mi habitación.
Tenía que irme de ahí en ese preciso instante. Pero, ¿a dónde? Lo decidiría en el camino. Solo me apresuré a empacar en una mochila lo más importante como ropa, dinero y mis equipos portátiles.
Jake «Me llevaría mi ordenador, está claro.»
Maxine «Sin electricidad»
Jake
«Si se diera el caso de tener que irme a una isla abandonada y de que me pudiera llevar lo que quisiera, esta isla tendría electricidad.»
Maxine «Habría conexión a internet»
Jake «Claro. Y con buena conexión.»
Maxine «Me apunto :D»
Sonreí para mis adentros al recordar nuestra conversación pasé saliva amargamente.
No me dejaré atrapar, Jake.
Terminé de empacar todo lo que consideraba necesario y salí de mi casa a toda marcha. Ni siquiera le eché un último vistazo, esa casa significaba algo para mí. Pero quedarme a admirar lo que tendría que abandonar sería como clavarme un cuchillo en el pecho.
Y ahora tenía otro problema. ¿A donde iría? Desde la primera falla de Nymos supe que algo así podría pasar, así que saqué todo el dinero de mis cuentas de banco y conserve todo el efectivo. Menos un poco que tenía una función específica, parte de mi plan de escape. Si quieren atraparme, tendrán que jugar un poco.
Solo se me ocurrió un lugar al cual podría ir. Un lugar en el que probablemente sería peligroso poner pie. Pero ahí había una persona en la que tal vez podría encontrar algo de apoyo.
Alan Bloomgate, jefe de la comisaría de Duskwood.
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