No he recibido señales de mis amigos en Duskwood desde el accidente en la mina. ¿Qué pasó con ellos después de aquella noche? ¿Jake pudo salvarse a si mismo? ¿Y como es que sabían donde se encontraba Jake?
¿Y si todo esto fue un plan, una traición?
...
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—Entonces, por primera vez, las manos poetas dudan.
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Tal vez irme al bosque sola no era tan buena idea, empezando por el hecho de que estaba a punto de oscurecer por completo y yo no era la única que estaba ahí. Sin embargo, también porque era muy consciente de que mis propios pensamientos eran mi mayor enemigo ahora, me consumían. Pero joder, ¿Tenían que comportarse así justo en ese momento?
Estaba dividida.
Phil tenía un punto, desde que habíamos llegado Jake se enfocaba solo en Hannah y ni siquiera en nuestro cuarto compartido podíamos tener un momento sin que ella llegara porque necesitaba a Jake. Pero Jake también tenía un punto, Phil no debía estar ahí en esa conversación y solo estaba sacando provecho para quedar bien conmigo. No quisiera generalizar pero... Hombres.
Luego de un rato me sentí una tonta, yo sabía que a Jake le costaba mucho abrirse incluso conmigo y aún así lo estaba intentando a pesar de que Phil le estuviera pateando las pelotas. No fui tan considerada con el y por eso merecía una disculpa, pero yo también. Necesitábamos una conversación urgentemente, y una cerveza también. Luego de respirar profundamente para absorber la tranquilidad que los árboles me ofrecían, decidí volver. Pero mi teléfono desechable me interrumpió con su tono de llamada básico.
—Estoy bien, estoy bien. Ya estoy volviendo —dije inmediatamente pensando que era Jessy, o Jake, o Dan.
Poco sabía lo que se avecinaba.
—¿Te culpas a ti misma? —preguntó una voz a través de la bocina.
—¿Qué? —mi rostro se arrugó en confusión.
—Es bastante común que en esas situaciones las personas se culpen a si mismas.
—¿Qué situación?
Cuelga Maxine, cuelga...
—El accidente, Maxine.
Colgué.
Solté el celular y lo destrocé con una piedra del tamaño de mi puño. Algo estaba pasando. Corrí a casa tan rápido como mis piernas me lo permitieron y grité el nombre de Jake, desesperada. El corrió escaleras abajo y detras de él venían todos los que estaban en los pisos de arriba, Dan salió de su cuarto buscando la fuente del grito.
—Maxine, ¿Qué te pasó? —Jake me tomó por los hombros y revisó cada parte visible de mí buscando alguna herida.
Yo negué con la cabeza y lo sostuve por los brazos, tomando tanto aire como podía para recuperar el aliento. Todos estaban a la expectativa del nuevo problema, sabían que había uno nuevo por la forma en la que mis ojos buscaban explicar todo con desesperación.
