No he recibido señales de mis amigos en Duskwood desde el accidente en la mina. ¿Qué pasó con ellos después de aquella noche? ¿Jake pudo salvarse a si mismo? ¿Y como es que sabían donde se encontraba Jake?
¿Y si todo esto fue un plan, una traición?
...
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—Creí que-... no habías logrado salir de la mina —susurré tratando de no sollozar.
Ni siquiera podía terminar de creerlo. Jake negó con la cabeza y se relamió los labios antes de hablar.
—Alan me ayudó a salir —dijo bajito y alzó sus manos hasta tomar mis mejillas.
El roce fue delicado, suave. Me hizo sentir como agua en calma por primera vez en mucho tiempo. Cerré los ojos para permitirme disfrutar del contacto e inevitablemente las lágrimas descendieron por mi rostro. Abrí lentamente los ojos y lo encontré observándome tal como yo lo veía a él. Curiosidad. Intriga. Felicidad. Me miraba como si tratara de encontrar algo en mí, algo que él sabía que le pertenecía. Y yo lo miraba tan igual y tan diferente al mismo tiempo. Era la primera vez que realmente veía y escuchaba a Jake, lo observaba como si tratara de grabarlo en mí memoria. Como si intentara tatuarlo en alguna parte de mi ser.
Tenía tantas preguntas por hacer y tan pocas ganas de hablar.
Mis lágrimas seguían deslizándose por el camino que ya había sido marcado por las anteriores y él, al ver esto, solo las limpió en un suave roce con sus pulgares. No dijimos nada, no hacía falta. Nos entendíamos en ese silencio. Él solo se acercó a mi rostro y yo no pude evitar bajar la mirada hacia sus labios un momento. Sabía que no iba a besarme y tampoco me desesperaba eso. Juntó su frente con la mía y cerró los ojos, respirando profunda y lentamente.
Hice lo mismo.
No existía una combinación de palabras adecuada para describir lo que sentí al tenerlo tan cerca, solo sé que quise permanecer así por segundos que se sintieran eternos. Tomé sus muñecas y les di un ligero apretón para luego acariciar el dorso de su mano.
—Perdón si te asusté —rompió el silencio y yo lo miré.
—Dios, ¿fuiste tú el que me estuvo siguiendo? —asintió.
—Tenía que asegurarme.
—¿De qué?
—De que estuvieras a salvo, Maxine.
Lo miré sin saber exactamente que decir, pero algo se estremeció en mí al oírlo decir aquello; y luego recordé que en él bar había tenido la misma sensación extraña, por lo que algo en mi cabeza hizo clic.
—¿Me estabas espiando cuando hablaba con Phil? —Jake permaneció en silencio un momento y luego asintió.
—Si —sonreí con algo de diversión.
—¿Por qué no te agrada Phil? Es agradable.
—Me resulta antipático.
—¿Por qué? ¿Te da celos?
Él me miró como si la respuesta fuese más que obvia y yo sonreí hacía mis adentros.
