La ropa de cama pica bajo tu piel.Pica.
Irrita.
Casi se siente como papel de lija.Pero había estado perfecta hace solo un par de meses, la última vez que la usaste.
Te preguntas por qué.
Por qué de repente te hace dar vueltas en la cama, sintiendo que no te hayas en tu propia piel.Y giras, una y otra vez.
Tuerces la almohada bajo tu cabeza.
La doblas.
Amontonas el relleno en un solo lugar.
La alejas.Pero no consigues una solución.
Tampoco sabes que hacer con tu cabello.
¿Lo recoges a pesar de que pueda hacerte despertar con dolor de cabeza?
¿Lo dejas fluir alrededor de ti, pero lejos de tu piel, sin importar los enredos que encontrarás por la mañana?El calor te invade de un segundo a otro. Ignorando el viento fresco que agita el ventilador. O que la noche ha refrescado la ciudad del calor del día.
El calor te invade y ya no sabes qué más hacer para refrescarte.Las perlas se forman y deslizan sobre tu piel. Y, por un momento, consideras la idea de un baño... pero la hora en el reloj te disuade fácilmente.
Es frustrante.
Es tortuoso.
El cansancio se acumula. Baila tap sobre tus hombros. Hace nudos en tu espalda y en tu pecho. Causa picor sobre tus ojos.
Quieres cerrarlos.
Olvidarte y desconectar del mundo por unas pocas horas.Pero no puedes.
Tan frustrante.
Tal tortura.
Intentas de todo. Música. Lectura. Cerrar los ojos e ignorar tu entorno.
Nada funciona. Eventualmente tus párpados se despliegan. Como si se repelieran el uno al otro.
Las lágrimas los inundan.
El pecho se te aprieta.
La nariz se congestiona.
¿Por qué es tan difícil dormir si cargas tanto cansancio?
Han pasado unas tres horas desde que te arrojaste al lecho en busca del alivio de la desconexión.
Pero te elude olímpicamente.La frustración se acumula.
El mal humor golpea.
Las lágrimas caen por las mejillas hasta la almohada.
Y se hace difícil respirar por momentos.Abres la boca y gritas en silencio.
Ni siquiera puedes decírselo a alguien.
¿A quién le habría de importar de todos modos? ¿Qué solución ofrecería?
Es inútil, entonces, mejor no molestar a nadie.Y gritas en silencio.
Pero la garganta duele como si presionaras al extremo tus cuerdas vocales.
Mientras, incluso la luna, te da la espalda.
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Desahogue
RandomHistorias que surjen entre la lluvia, el llanto, la tristeza, la luna, el dolor, la traición... ¿Qué? ¿Falta el amor y la alegría? ...Dejame decirte que son las más jodidas de experimentar