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[Cigarrillos]
































En la mañana, antes del desayuno el profesor Snape les entregó a los alumnos de Slytherin el horario del nuevo ciclo escolar. La primera clase de esa mañana era Defensa Contra las Artes Oscuras con el nuevo profesor, Alastor Moody, clase que compartirían lamentablemente con Gryffindor.

Una vez que la mayoría de los alumnos entraron al salón, se sentaron de inmediatamente, Madelyn se sentó en las filas de la derecha quedando en el centro, dejó un puesto libre a su lado para que Theodore se pudiera sentar con ella.

Volteo esperando al ojiazul entrar, pero solo vio a Draco acompañado de Crabbe y Goyle, ellos se sentaron más atrás, un poco apartados de los demás.

Madelyn le hizo una señal a Draco preguntado por Theodore, pero el platinado solo se encogió de hombros como respuesta.

Desde que llegó a hogwarts se ha comportado extraño.

Negó con la cabeza borrando esos pensamientos.

La castaña giró la cabeza al ver de reojo como alguien se paraba a su lado tratando de llamar su atención.

—Lo siento, ¿esta ocupado?. —pregunto Pansy Párkinson con voz tímida ante la mirada interrogante de Madelyn.

—No, está bien. —respondió Madelyn sonriendo con los labios apretados.

La chica de cabello corto sonrió como agradecimiento para luego sentarse.

No tardaron en oír el peculiar sonido sordo y seco de los pasos del profesor Moody provenientes del corredor antes de que entrara en el aula, tan extraño y aterrador como siempre.

—Alastor Moody, ex-cazador —decía mientras escribía en la pizarra su apellido tan grande para que todos lo pudiesen ver—. Ministro inconforme y su maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras. Vine porque Dumbledore me lo pidió. Fin de la historia. Se acabó. Adiós. ¿Preguntas?. —recorrió con ambos ojos toda la clase, y uno de ellos se movía sin control al ser una prótesis—. Bien. Cuando se trata de Artes Oscuras aplico el método práctico. Pero primero, ¿quién puede decirme cuántas Maldiciones Imperdonables existen?

—Tres, señor. —respondió Madelyn luego de haber alzado la mano.

—¿Por qué se llaman así?. —pregunta
Moody hacia la castaña.

—Porque son Imperdonables, si un mago los usara... —respondió de vuelta pero esta vez Moody la interrumpió.

—Se ganaría un boleto directo a Azkaban. ¿Correcto? —dijo Moody volviendo a escribir en la pizarra—. El Ministerio dice que son muy jóvenes para ver sus efectos pero yo opino lo contrario, necesitan saber a qué se enfrentan y necesitan estar preparados —decía o más bien gritaba el profesor dándole la espalda a la clase—. ¡Y creo que necesita otro lugar para poner su goma de mascar, señor Finnigan!

HOUSE OF BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora