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[Discusión de padre e hija]
































Por la mañana, Madelyn bajo a la sala común con sus valijas en mano, todavía estaba molesta por el hecho de que Sirius no haya cumplido con su promesa tal y como él le había dicho no hace unas cuantas noches atrás.

Pero como había escuchado por ahí. Las promesas estaban hechas para romperse.

Y él la había roto.

Pero ya ni al caso.

Al bajar por completo las escaleras, encontró a Draco esperando sentado en uno de los sillones con una carta en su mano.

—Es para ti. —dijo el platinado levantándose y entregándole la carta.

Madelyn dejó las valijas en el suelo y tomó la carta sin siquiera preguntar de quien era. Ya se imaginaba por quien fue enviada.

Entonces con impotencia la abrió para comenzar a leerla.

Madelyn;

Perdóname si te deje esperando por mí, sé que te prometí estar contigo, pero tuve algunas complicaciones y se me hizo difícil asistir. Espero puedas perdonarme.

Te quiere. S.B.

—Complicaciones, increíble —repitió sarcástica mientras negaba con la cabeza, rompió la carta en dos y la tiro a la chimenea—. No se puede esperar nada de ti, Sirius. —murmuro mirando cómo la carta se hacía cenizas en el fuego.

—Mejor vámonos. —murmuro Draco poniendo la mano en el hombro de Madelyn.

—Solo espera, me despediré de Theo. —dijo Madelyn caminando otra vez escaleras arriba, pero esta vez en dirección a las habitaciones de los chicos.

—Cuidadito, eh. —pudo escuchar decir a Draco, soltó una risa baja por eso.

Cuando estuvo frente a la puerta de la habitación de Theodore, tocó varias veces la madera pidiendo permiso para entrar. Al no escuchar ningún ruido adentro se imagino que aún estaban dormidos por lo que decidió entrar.

Y si. Estaban dormidos.

Camino casi de puntillas tratando de no hacer mucho ruido para no despertar a nadie mediante pasaba por la habitación. Cuando estuvo a un lado de la cama de Theodore, lo observo con detenimiento, él estaba dormido con la boca ligeramente abierta y soltando suspiros largos en medio del sueño.

Se sentó en la orilla de la cama y llevo su mano hasta el rostro del ojiazul dejando unas cuantas caricias de cariño en su mejilla. Él se removió un poco en la cama por el tacto.

HOUSE OF BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora