Prologo: Un Hilo de luz

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Antes de la creación misma del universo estaba algo llamado ''El Vacío'', este a pesar de no tener nada en él, emanaba una fuerza incomprensible, ''algo'' estaba ahí ¿O más bien... alguien?

 Una figura de proporciones erráticas, que no poseía forma, no tenía color, ni emanaba sonido alguno, convirtió la nada en un todo, de un solo movimiento.

La esencia de esa acción creó fragmentos en la realidad, que se materializaron en unos cristales. Cargados de energía virtualmente infinita, ligada a conceptos fundamentales de la existencia misma. Estos al momento de la explosión fueron dispersados por la inmensidad del nuevo cosmos.

Eones después... En la tierra cayó un meteorito, en la península de Yucatán, México, al que se le conoce por haber causado la dichosa extinción de los Dinosaurios, en su interior contenía una cantidad significativa de un mineral extraño, que emanaba una fuerza abrumadora y atrayente en su núcleo.

Un Hombre curioso perteneciente a una adinerada dinastía y con una fascinación por las cosas antiguas, llamado Alastor Fauster, emprendió una búsqueda de este mineral. Por medio de innumerables contactos convocó a un equipo especializado con tecnología de punta en cada ámbito, este equipo era dirigidos por 3 Jóvenes que a pesar de su corta edad, demostraban cualidades increíbles.

Logan Paul, un joven de República Checa entusiasta en el campo de la bioquímica, con una capacidad increíble en análisis y con varios títulos universitarios.

Rupert Volkova, un chico ruso que tenía un conocimiento magistral sobre cualquier cosa relacionada a la creación de armas y sistemas de defensa, con un sinfín de patentes de equipos de protección y contención de amenazas.

Y Alan Mercer, un muchacho significativamente distraído, pero brillante, con un prometedor futuro en la robótica y la ingeniería motriz.

Los 3 en perfecta sincronía lograron elaborar un dispositivo de contención para el mineral, pues emanaba una radiación y flujo energético mortal para cualquiera que siquiera se acercara, lograron con ayuda del equipo especial, al cual le proporcionaron equipamiento adecuado fabricado por ellos mismos, fueron capaces de poder recolectarlo y contenerlo.

El Sr. Fauster, extasiado por la curiosidad hacia el mineral decidió que con ayuda de esos chicos, lo iba a analizar.

- Años más tarde... 

''El mineral es altamente inestable, hay que destruirlo, pero la avaricia de Fauster no tiene precedentes''. - Sonaba una voz familiar.

''Esto es tu culpa, te advertí de los peligros que esto podría provocar, aquel día logré analizar más a fondo la composición de esa cosa, el dispositivo de contención no va a poder mantenerlo estable mucho tiempo Rupert''. - Se oía de manera alterada.

''Ya no podemos echarnos para atrás, debe haber una forma...'' - Se escuchaba nerviosamente

- Se escuchó una explosión monstruosa de manera repentina.

''Emergencias, hubo una explosión en la Mansión Fauster, no hay indicios del pequeño Thomas, el hijo del Sr. Fauster''

- Momentos Antes...

El Joven Thomas Fauster, de tan solo 12 años, había descubierto por accidente el lugar donde estaba el mineral parcialmente sintetizado pero todavía inestable, una voz ominosa lo llamaba, y lo incitaba a tocarlo, aunque su cuerpo se estaba deformando poco a poco debido a la radiación mientras se acercaba, fue incapaz de reaccionar, parecía hipnotizado, por ese brillante objeto, no fue hasta que entró en contacto directo con el cristal, que hubo una explosión masiva, provocando que todo el continente se estremeciera moldeándolo.

Las autoridades habían quedado atónitas al presenciar semejante suceso, era algo que no parecía real, fisuras por doquier se producían, rocas se elevaban por los cielos, el suelo comenzó a sacudirse y a emitir luz, de la cual salieron disparados un centenar de rayos.

Uno de esos rayos cayó en el vientre de una mujer, que estaba cerca de dar a luz a 2 gemelos, sus nombres eran Marcel y Aiden Mercer.

Y así comienza la historia...

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