CAPITULO 13

110 19 3
                                    

A menudo el ser humano no sabe cómo disfrutar adecuadamente de los buenos momentos, los dejan pasar sin darse cuenta que ese disfrute que alguna vez sintieron no volverá.

Y cuando lo recuerdan les causa un sentimiento triste de remordimiento e impotencia por no haber sabido disfrutar de ese momento.

Pero no importa lo que pase, ellos no aprenden la lección y siguen dejando pasar esos bellos recuerdos.

Y la sensación de tristeza y remordimiento vuelve.

Son varios sentimientos mezclados que la raza humana llamó:

Nostalgia.

°°°

Niños corriendo sonrientes en el pasto a la hora de recreo eran los sonidos que se podían escuchar en la escuela de primaria de el pequeño pueblo cerca de un gran y hermoso bosque.

-¿Puedo jugar contigo?-. preguntó uno de los infantes tímido de al menos unos 7-8 años al niño con muchos más niños a su lado .

El pequeño pelinegro confundido miro para los lados subiendo su manita para apuntarse a si mismo

-¿Yo? -. Dijo con su ceño fruncido.-Claro, está bien-. Dijo subiendo y bajando los hombros, restándole importancia.

-¡Pero kookie!-. Se quejó el pequeño castaño a su lado -¿Porque lo dejas jugar a el? ¡El no tiene juguetes lindos!-. Puchereo.

-Mingyu tu tampoco tienes juguetes bonitos y aún así juegas conmigo-. Suspiró el más bajo mirándolo indiferente.

Indignado el castaño se cruzó de brazos en sañal de resignación.

El pequeño kookie era extraño por así decirlo, para el no era importante que apariencia tenga o si tenían muchos juguetes o no. Todos parecian querer estar con el y eso le parecía tonto, "¿Porque estar conmigo cuando pueden estar con los demás que si les gustan jugar?". Era lo que rodeaba la mente del azabache.

A él no le interesaba tener muchos amigos pero quería ser amable y no podía rechazar a los que se acercaban a el para no hacerlos sentir mal.

-Kookie ¿escuchaste?-. se acercó un infante más a él.

-¿Que cosa?-. Pregunto curioso.

-el bosque de la Ciudad dicen que está embrujado-. Dijo hablando bajito para que solo el pelinegro frente a el pudiera escuchar.

-Whoa ¿En serio?-. Pregunto el de ojos grandes masonteresado en lo que dirá.

El niño asintió en respuesta.

-Dicen que lo protege una bruja con cuerpo de cabra con pelaje negro, su pecho y brazos son como si fuera un lobo y su rostro es de una mujer viuda con cabello tan largo y viscoso como las algas-. Le dijo con los ojos bien abiertos.

El pelinegro chasqueo la lengua y lo empujó suave.

-Son puras tonterías, esas cosas no existen son solo relatos tontos que los niños tontos creen-. Lo miró con sus ojos entrecerrados

-¡Es verdad!-. Alzó la voz c on enojo.

-Yo eh estado en ese bosque y no hay nada de lo que tú dices-. Se quejó el de ojitos de Bambi cruzando los brazos y apartando su mirada.

Oh-oh... ¿el pequeño kookie dijo algo que no debía?

-¿QUE? COMO QUE HAS ESTADO AHI?-. grito el niño sorprendido y fascinado. Estaba dispuesto a aclarar sus dudas pero la campana que indicaba la salida sonó.

-¡ME TENGO QUE IR! ADIOS-. Se alejó apresurandose a agarrar sus cosas.

El pequeño jeon Jungkook de 8 años sabía que lo que decía el contrario no era cierto, el bosque era peligroso por sus ataques de osos o lobos merodeando cerca de ahí. El no era tan ingenuo como cualquier otro de su clase. El era diferente, Jeon Jungkook por supuesto que era diferente.

Verloren (kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora