- Epílogo -

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Aquel bonito castaño suspiró con cansancio acumulado, el trabajo lo iba a dejar tieso a ese paso, pero era mejor que nada, además de que él había elegido ser bailarín

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Aquel bonito castaño suspiró con cansancio acumulado, el trabajo lo iba a dejar tieso a ese paso, pero era mejor que nada, además de que él había elegido ser bailarín.

Estiró su cuello y bostezó bajo para sacar sus llaves e insertarlas en ella cerradura de su hogar, apenas abrió la puerta, las risas infantiles y gritos se escucharon.

-- ¡Omma! --Aquella preciosa pelinegra de ojos color café le miró con una sonrisa y corrió a abrazarle, Riki rió y le cargó a su hija de cuatro años.

-- Hola mi amor, ¿Cómo te fue hoy? --Sonrió y bajo a su hija quien grito un "¡Bien!" antes de volver a la sala donde estaban sus juguetes regados junto a aquella niña de ojos impares quien sonrió.

-- ¡Hola tío Ki!

-- Hola HeeNa --Rió mirando a ambas niñas.

Su preciosa ChaeWoon había llegado de imprevisto a sus vida, pero fue recibida con mucho amor por parte de él y su esposo, ver a aquella niña igual a él junto a sus cabellos negro y sonrisa junto a colmillitos iguales a SungHoon era su bendición de cada día.

Negó con gracia viendo los mechones blancos en la parte delantera del cabello de su hija, muchos les habían visto feo creyendo que habían tenido el cabello de su hija de temprana edad, pero no, su bebé heredó la poliosis de su papá.

Y hablando de aquel muchacho que marco su vida, este estaba riendo junto a su primo, Jay rodó los ojos mientras se quejaba y acariciaba aquel vientre bastante abultado de siete meses dónde sus gemelos ya terminaban de formarse y esperaban a finalmente nacer.

Luego de casarse, hasta hace poco fue que los Lee decidieron hacer crecer a su familia, de ser solo HeeNa a ahora esperar a dos varoncitos, estando la niña encantada con la idea y su princesa feliz de ser prima mayor, además de Hoon lamentar el tener más sobrinos de los que ya tenía.

Ya que los otros estaban llegando justo en ese momento.

JungWon y SeonWoo entraron como si nada a la casa mientras saludaban, la niña de cinco años que iba con ellos corrió donde HeeNa y ChaeWoon saludando mientras que el niño estaba aferrado al cuello de SeonWoo.

Los Kim tuvieron la mala noticia de que Yang era infértil, si bien fue algo que trajo problemas a su matrimonio en cierto punto, ahora no era más que un amargo recuerdo luego de que tras una visita al orfanato, ambos quedarán enamorados de aquellos mellizos.

YuJin era la mayor de los dos, era quien a pesar de ser pequeña, era peligrosa, ya que solía golpear a los demás niños que se burlaban de su hermano por el simple hecho de ser sordo.

Y aquello fue lo otro que terminó por asegurarles el adoptarlos a los dos, YuSeon era un pequeño que perdió la audisión a medida que creció. SeonWoo se sintió tan identificado en cierto modo que al primer día de verlos, pidió firmar y comenzar el papeleo.

Riki sonrió bajo viendo a sus amigos reír y charlar, el pobre HeeSeung reía mientras lo tenía cocinando el almuerzo ese día, además de las risas de los niños alrededor junto a sus gritos y SeonWoo cargando a su hijo.

Nunca se imaginó que a ese punto de su vida estaría allí, pero no cambiaría nada de su vida ni porque le pagarán en esos momentos.

Agradeció tanto a la Diosa Luna por sus bendiciones y su vida antes de unirse a la charla para reír al escuchar a Jay quejarse de que sus hijos le patearon y a Won quejarse de su jefe mientras SungHoon besaba su mejilla saludandole.

Si, no cambiaría nada de aquello jamás.

Si, no cambiaría nada de aquello jamás

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Alfa Anormal [SungKi/HoonKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora