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Al día siguiente Taehyung abrazaba a Jungkook como si su vida dependiera de ello, solo durmió durante dos horas y el resto estuvo llorando como si fuese un pequeño bebé.

Kim lo entendía o eso trataba, nunca había perdido a nadie cercano así que no estaba en sus zapatos por completo para comprender el dolor que estaba sintiendo su lindo Jeon; él solo siguió los consejos de Jin y trató de consolarlo lo más que pudo.

Yoongi estuvo abrazado a Jimin lo más que pudo, en otro tipo de contexto se verían tiernos y envidiables pero claro que no era el momento.

Horas más tarde se pudo confirmar que había sido un ataque al corazón, fue espontáneo e inesperado, la mujer jamás estuvo enferma o medicada por alguna razón similar a ello pero al parecer ese debió ser doloroso final.

Jungkook se sintió culpable por no haber logrado ayudarla a tiempo, creía que tal vez si hubiese dormido con ella esa noche o si se hubiese despertado pronto ella estaría a su lado, latimosamente fue imposible, todo ocurre por una razón y un motivo.

Solo quedaba aceptar que Nana se había ido.

Finalmente todo el dolor había pasado y ahora estaban en un café del pueblo, había un silencio sepulcral pero no era incómodo, todos estaban con la reciente pérdida latente en sus corazones, por ello solo mantenían la mirada baja.

—Te quiero —murmuró Jungkook cerca del oído de Kim haciendo que este sonriera—. Gracias por ayudarme ayer y hoy.

—Estoy aquí para eso bonito —y sin importarle los demás Taehyung dejó un pequeño beso sobre los labios de Jeon haciendo que se sorprendiera y se sonrojara por completo.

—Vaya, qué hermoso es el amor ¿verdad? —habló Seokjin con un tono de broma haciendo que Yoongi por fin riera al menos un poco, esto calmó el corazón de Jimin casi por completo.

—T-t-tonterías —intervino Jungkook aún con sus mejillas de un lindo tono carmesí.

Todos rieron viendo a la joven pareja, el ambiente parecía levantarse poco a poco y comenzaba a sentirse más ameno y agradable.

Taehyung solo sonreía con timidez mientras miraba a Jungkook, se sentía afortunado y agradecido con la vida de mil maneras, nunca creyó que al venir aquel pueblo de Italia su vida tomaría un color tan dulce y azucarado, se sentía casi en las nubes y estaba seguro que ya no quería irse de allí nunca.

Habían vivido el primer evento doloroso que muchas veces pone a prueba el dolor de las personas y la carga de una relación, pero junto a su lindo Jeon pudo confirmar que no importaba en qué estado lo viera, no importaba si estaba feliz o triste, él siempre lo seguiría amando.

Taehyung amaría cada una de las imperfecciones de Jungkook como si fuesen suyas.

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Un mes después.

Jungkook estaba mucho mejor después de la pérdida, ahora sus padres trabajaban desde casa para no tener que ir hasta la ciudad y dejar al peli violeta tanto tiempo solo, eso había mejorado las cosas al cien por ciento pues ahora ambos vecinos eran casi como una sola familia.

—¿Qué te parece si mañana me quedo contigo todo el día? —Taehyung quien estaba boca abajo en la pequeña cama moviendo animadamente sus pies rompió el silencio.

—Pero si pasas la m-mayoría del tiempo aquí, mis padres están pensando en adoptarte —Jeon jugaba con un peluche de cerdito que llevaba una divertida ropa de abejita.

—Falso, suelo cenar en mi casa así que no te puedes negar —respondió con una sonrisa triunfante—. Además tengo una sorpresa para ti así que no acepto respuestas negativas.

¡Ven aquí granjero! ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora