CAPÍTULO 3
LA VIDA CAMBIA EN SEGUNDOS
La sala del trono estaba iluminada por la suave luz de las velas, creando una atmósfera solemne y majestuosa. El príncipe Sora, llegó corriendo ansioso y feliz de escuchar sobre su fiesta de cumpleaños, pero su felicidad se estrelló contra la seriedad inquietante del Sultán sentado en su trono. Junto al rey se encontraba la esclava Suisei Hoshimachi acomodándose los lentes. Ella era una atractiva chica de cabello azul que gustaba ponerse ropa bastante sobria. De entre las esclavas de la corte del Sultán parecía ser la más seria e inteligente. Sus ojos azules tenían un brillo de astucia.
Cuando Ceres y Sora la vieron supieron de inmediato que algo muy malo estaba pasando. Susei Hoshimachi solía ser requerida en el trono para dar consejos de guerra. Los soldados del reino la amaban pues sus consejos en el campo de batalla habían logrado darles la victoria en más de una ocasión por lo que los generales de Azamor siempre se asesoraban con ella, pero verla en el salón del trono siempre era un presagio de tiempos turbulentos y conflictivos.
-Sora, mi hijo- comenzó el rey con una expresión seria. -Te he llamado aquí en un día tan especial por una razón de suma importancia-
Sora sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho mientras se acercaba al trono de su padre. -¿Q-qué ..qué sucede, padre? ¿Por qué esta reunión tan urgente?. No parece que vayamos a hablar de una fiesta ¿o si?-
El rey exhaló profundamente antes de responder. -Nuestro reino se encuentra al borde de la guerra, Sora. Las tensiones con el reino vecino han llegado a un punto crítico, y no podemos evitar el conflicto por más tiempo o correremos el riesgo de parecer débiles- Susei asintió con la cabeza como respaldando las palabras del sultán.
Los ojos de Sora se abrieron de par en par, sorprendidos y atónitos. "¿Guerra? Pero... ¿por qué? ¿Qué ha sucedido?"
El rey explicó las causas de la creciente hostilidad entre los reinos vecinos y la inevitabilidad de la guerra. Sora escuchó con atención, sintiendo cómo el futuro apacible y tranquilo que anhelaba se hacía pedazos. Esa responsabilidad de la que deseaba huir, de la que deseaba olvidarse se presentaba ante él exigiendo que lo olvide todo para se concentrarse en el bien del reino.
-Entonces, ¿qué puedo hacer, padre? ¿debo ir a luchar?-, preguntó Sora asustado por el cambio que iba a ocurrir.
Suisei observó al Sultán como esperando su permiso para tomar la palabra, al recibir el permiso la chica de cabello azul comenzó a hablarle.
-No,Príncipe Sora. Usted quedarse aquí, en el castillo. Como futuro rey, debe asegurarse de que nuestro reino está gobernado con sabiduría y prudencia en la ausencia del Sultán. Recuerde que este tipo de expediciones pueden durar años- explicó Suisei con aquella voz tranquila que la caracterizaba.
Sora asintió, asumiendo la gravedad de su nuevo papel. Sin embargo, lo que su padre dijo a continuación lo dejó aún más desconcertado.
-Además, Sora, mientras yo estoy en el campo de batalla, deberás elegir a una esposa de entre las esclavas del castillo. Necesitamos que el pueblo y el ejército sepan que el reino queda en manos de una pareja real en caso de que no regrese en varios años o nunca- Explicó el rey totalmente serio.
El príncipe Sora sintió una presión abrumadora en el pecho mientras absorbía la magnitud de sus nuevas responsabilidades. El peso de ser el futuro rey se hacía palpable, y sabía que su vida ya no sería la misma. La vida le imponía un camino que él no deseaba seguir, pero que necesitaba recorrer si quería hacer honor a la corona.
-Lo haré, padre- respondió Sora con determinación, aunque en sus ojos reflejaba el miedo y la incertidumbre que sentía por dentro. Ceres Fauna, que había escuchado toda la conversación boquiabierta sintió que el corazón se le salía del pecho. ¿Una guerra? ¿El joven Sora deberá casarse con una de las esclavas? No daba crédito a lo que ocurría.
-Yo debo salir hoy mismo, he preparado una pequeña celebración mañana en tu cumpleaños donde la pasarás en compañía de algunas de las esclavas que escogí para ti para que alguna de ellas sea tu esposa. Espero que escojas con sabiduría- Comentó el rey poniéndose de pie y dando por terminada la reunión.
-Y recuerda Sora.... no quiero escándalos en mi castillo....- sentenció el Sultán finalmente. No por nada llamaban a aquella fortaleza: El castillo del silencio.
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El Harem de las cosquillas (+18)
RomanceEl joven príncipe Sora oculta una extraña pasión por las cosquillas que desea confesar a alguien, pronto tendrá a su disposición 4 bellas esclavas de entre las cuales deberá escoger a una esposa a quien poder compartir sus aficiones, pero... ¿su dec...