6. Un dolor insoportable

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Despierto sobresaltada y desorientada. Mi espalda y mi cuello dolían horrible y al principio no sabía porque, después de unos segundos la claridad llego a mi cabeza y recordé que me había quedado dormida en el suelo, al lado de Doki.

Por Dios, ¿Cómo pueden ellos dormir en el suelo y estar tan bien al día siguiente?

Algo me había despertado, había sido un ruido, como una clase de quejido. Pero no sabía si estaba soñando o realmente lo había escuchado, hasta que el sonido vuelve aparecer y capto de donde proviene.

Me quedo viendo fijamente a Doki y, me doy cuenta que algo no anda bien. Un quejido vuelve a salir de él y yo me inclino hasta estar cerca de su hocico.

Al acercarme noto que la respiración de él es muy lenta, demasiado. Enseguida siento como los nervios empiezan a tomar mi sistema y me vuelvo un desastre.

No manejaba bien las cosas cuando me ponía nerviosa.

―Oye… todo está bien ¿sí? ...―le hablo mientras le acaricio la cabeza y deposito un beso― te llevare al médico, solo espera un momento, iré por las llaves del carr…

Las palabras mueren en mi boca cuando el rostro de Marcus llega a mí, diciendo que había un problema con mi carro.

Oh por Dios. ¿Qué iba hacer ahora?

Una clase de sonido triste y doloroso sale de Doki y mi corazón duele.

Necesitaba sacarlo urgentemente de aquí y llevarlo a la clínica veterinaria para que lo vieran. Me levanto de un salto y busco mi teléfono. Cuando lo tengo en mis manos, me quedo como una idiota viéndolo.

¿A quién se supone que voy a llamar?

Esto era un asco, mi perro necesitaba ayuda y yo no me movía con rapidez.
Tal vez se debía a los nervios, el miedo de que hubiera algo malo con él, simplemente me abrumaba la idea. No podía pensar y actuar con rapidez.

Justo en ese momento recordé las últimas palabras de una persona.

“Si necesitas algo, no dudes en venir a mí, ¿vale?”

Derek…

Sin pensarlo dos veces corro escaleras abajo, en el trayecto casi me enredo y me voy de bruces contra el suelo pero logro evitarlo. Tomo las llaves de la despensa y salgo corriendo de la casa. Cuando estoy al frente de la puerta de Derek, sin pensarlo un segundo toco exaltada su puerta.

Podía sentir el ladito furioso de mi corazón, causado por el miedo y los nervios.

Espero unos segundos que parecieron infinitos y vuelvo a tocar más fuerte con mis puños. Los portazos podían despertar no solo a Derek, sino a todo el vecindario, pero no me importaba. Mi perro no se encontraba bien y yo necesitaba ayuda.

La puerta se abre y un Derek adormilado y sin camisa aparece en mi campo de visión, su mata de cabello rubio estaba desordenada y los pantaloncillos de dormir colgaban en sus caderas; En otra situación le hubiera dado más importancia a ese hecho, pero en este instante me sentía incapaz de pensar en otra cosa que no fuera mi perro.

Derek al verme, su rostro adormilado cambia de inmediato y me da una mirada preocupada.

―Eliana… ¿estás bien? ¿Te paso algo? ― preguntó acercándose a mí.

―Yo… necesito tu ayuda… dijiste que podía hablarte… si necesitaba algo― respondo con la voz temblorosa

―Sí, ¿Qué pasa? ¿Está algo mal?―preguntó él más preocupado que al inicio.

―Si―susurre― algo no está bien con Doki, estaba durmiendo cuando escuche un quejido y me di cuenta que era él. Algo no está bien Derek―las lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas y no me molesto en apartarlas.

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⏰ Última actualización: Jan 28 ⏰

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