➤ 18. Solo son ganas

352 27 23
                                    


Mi brazo se estaba durmiendo, el haber mantenido esta posición sobre mucho tiempo me provocaba cansancio, pero este era ganado por las ganas de tenerla cerca a mi pecho. Su cara estaba en mi pectoral izquierdo, reposaba escuchando a mi corazón acelerado.
La tenía tan cerca que podía escuchar su respiración tranquila, la cual estaba acompañada de algunos murmuros por parte de ella.
Aún estando tan vulnerable se veía guapa, con ese cabello suave y lindo rostro, parecía un ángel
Mi ángel

La tomé de las piernas y la cargué estilo princesa, tal como la anterior noche que me quedé a dormir. Ella se apegó más a mí buscándome, yo reí a su acto porque en su inocencia debía de estar pensando en algo tierno. Pero en mi mente solo estaba una cosa

Ella estaba desnuda debajo de ese vestido blanco
Se podían notar un poco sus pezones erectos debido al frío y esas piernas suaves me hacían pensar mal
Maldita sea, ella hace un rato había tratado de quitarse la vida y yo solo pensaba en su cuerpo
Soy un enfermo

La recosté en su cama y ella se acomodó de mejor manera

—Mmmm— gimió abrazando su almohada
Ese ruido me molestaba allá abajo

Me tenía que ir, tengo que buscar a su madre y saber la verdad de esa camioneta gris
Pero una mano me detuvo

—Duerme a mi lado— pidió aún con los ojos cerrados, su voz firme me desconcentró

—Yo... no creo que sea buena idea— respondí dudando de mí mismo

Ella se sentó en la cama y abrió sus ojos con dificultad, parecía una niña pequeña recién levantada

—Por favor, yo... no quiero estar sola ahora mismo, Alex tardará y si quieres ponle seguro a la puerta— dijo murmurando alto

—______ no sé si pueda controlarlo— confesé esperando a que ella no entendiera a lo que yo me refería

—Tim, por favor, te deberé un favor— suplicó

Me gustaba que sean sumisas, esa era mi debilidad

—Hazte a un lado— ordené y ella me sonrió de manera ladeada, hizo caso y volvió a echarse en la cama

Me quité las botas y la chaqueta mostaza, quedé solo en pantalones y camiseta blanca, menos mal hoy me había bañado, dejé mi ropa al lado de mi máscara y me tumbé a la cama al costado de ________. Estaba mirando para el techo, no quería verla a mi lado, porque sabía que eso me iba a provocar más.
Nunca había dormido con una chica sin haber tenido relaciones antes o después.

Pero ella volteó a verme.
Se notaba la diferencia de tamaño entre los dos, a mi lado parecía más pequeña de lo que era, sé que no era bajita, pero mi altura no ayudaba a esto

Por un impulso me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos, olí su cabello café y olía a siempre, a vainilla.

Me embriagué de ella abrazándola, ella me tomó de mi cuello y me acarició
Ese era mi punto débil
Mi amiguito se entusiasmó y temí que ella lo sintiera

—________ ya te dije... no, no me gustas— traté de alejarla
¿Por qué le dices eso, Tim?

—No necesitamos estar enamorados para hacerlo— murmuró en mi pecho

¿Qué?

Ágilmente salió de su escondite, mi pecho, se alzó hacia mi rostro y estar casi rozándome
— Si lo haces, no habrá vuelta atrás niña— advertí, ya sabía lo que ella quería hacer, lo que yo no sabía era hasta donde quería llegar

—No me importa— me susurró acercándose más a mis labios

Pero el olor de su aliento no era normal
No era un mal olor, es más, era delicioso, pero el tener años de experiencia siendo un delincuente te traía habilidades.
La habían drogado
¿De que?
No lo sé, no se podía saber con solo olerla

MASKY Y TÚ (Westfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora