➤ 21. Infiel

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Los sonidos de la puerta nos interrumpieron y mi corazón se aceleró, de seguro era el guardaespaldas que venía a ver si todo estaba bien ¿Nos habría escuchado?

—Tim, escóndete en el armario— pedí mientras lo quitaba encima mío, si ese trabajador le veía, no iba a dudar en disparar y aún peor, le iba a decir a Gonzalo

—¿Qué...?— dudó de mí, su voz estaba ronca, con sueño— ¿Quién tocó?

—Solo escóndete por favor— pedí alejándolo más, pero Tim no cooperaba, solo quería besarme más. Su cuerpo pesaba y sentía un miedo por la persona tras la puerta—Tim...— volví a pedir, en un suave susurro en su oreja

—Ah...vuelves a decir así mi nombre y amaneces caminando como bambi— dijo y se separó de mi cuerpo

Toc Toc

De pronto todo volvió a la normalidad, excepto por mi respiración la cual seguía acelerada y descontrolada, pero Tim parecía estar normal, además de su evidente borrachera.
Sus labios sabían a ron dulce y un toque de tabaco

—¡Ya voy!— dije simulando mover cosas para distraerlo
Guié a Tim hacia mi baño y le pedí que se sentara en el piso, que no hiciera ruido en especial.

—No soy un perro— musitó

—Hueles a uno— dije refiriéndome al olor de su camisa, estaba algo sudada
Luego tendría que darle un baño

Cerré la puerta con seguro y fui por la puerta de mi cuarto, no sin antes de abrocharme los botones del camisón. Abrí esperando ver al guardia, pero no había nadie, simplemente no habrían tocado

—¿Qué...?— susurré, me entró el frío y sentí adrenalina — Carajo

Cerré mi puerta y fui tras las escaleras, no podía ser...
—¡Aguilar!— lo llamé

—Diga señorita— apareció el señor, eso me calmó— ¿Escuchó algo?

—N-no...solo estaré encerrada— comencé a decir recordando a Tim— No abras mi puerta o juro que te lanzo un cuchillo, quiero tener una noche en paz

—Usted no se preocupe, no le va a pasar nada— aseguró y yo aclaré mi garganta, seguía confundida

Tenía que volver a mi cuarto, cerré con seguro, sentía mis piernas temblar y un frío en mi cuerpo, la adrenalina me había entrado

—Tim, ya ven, es seguro— sabía que él estaba escuchándome, ese hombre tenía sus sentidos al cien, pero ahora estaba borracho— mierda

Encontré a Tim tirado en el piso durmiendo como buen pescado, incluso se había quitado su camisa para usarla como manta, solo llevaba sus pantalones puestos. Tórpemente traté de levantarlo, pero él recostó su cuerpo en mi torso, pesaba mucho, era de esperase por su gran tamaño

Lo dirigí a la cama y lo tiré, él se recostó, cansada me eché a su lado esperando a que mi corazón dejara de latir fuerte. Así estuvimos los dos, él solo puesto los pantalones y yo con mi pijama de niña, me parecía ridículo eso.

Sentía mis pechos con algo de ttemor, un hombre los habías tocado, era la primera vez que llegaba a segunda base.

—Mierda...— musité, pero un brazo me rodeó la cintura

—¿Puedo dormir aquí?— me preguntó en un suave susurro mientras me abrazaba y ponía su cara en mi pecho

—N-no, tienes que regresar a tu choza— hablé con dificultad, me refería a su casa en el bosque

—No quiero— bufó como el niño pequeño que algún día fue

—Masky.....— lo llamé

—Mmmm— musitó, era raro que no me haya reclamado el haberlo llamado por su sobrenombre ¿Este era Masky?

MASKY Y TÚ (Westfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora