CAPITULO 11

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LUCIFER

Me remuevo en la cama, siento un pequeño cuerpo pegado al mío. Es un calor, que me hace sentir calidez. Poco a poco voy abriendo los ojos, me sobo la erección, tengo ganas de volver a follar.

Me giro, para ver a la mujer que está a mi lado, enfoco la vista y - ¡Mierda! – De un brinco salgo de la cama.

¿Qué mierdas has hecho Lucifer?

Eso no decías ayer cuando la tenías dentro de ella.

Tengo que estar loco. ¿Cómo putas me pareció buena idea meterla la polla a esta niña? No quiero que mis planes se vean afectados por una niñita caprichosa como ella.

La ira me invade, tengo la polla erecta y no puedo negar que quiero volver a enterrársela completa, pero no es buena idea, así que, lo único que me queda, es hacer como si esto no hubiera pasado, volver a mi realidad y prometerme que mantendré mi miembro lejos de ese rico coño.

Camino al baño y me meto en la ducha, necesito bajar la potente erección que tengo, además que tengo que despejar la mente.

Me visto y salgo de la habitación dejándola a ella, allí sola. Eres un estúpido Lucifer, con ella rompí todas mis reglas, nunca duermo con nadie, no beso a nadie mientras follo, no me follo a nadie a menos que no sea de espaldas y sobre todo no follo sin condón.

Son reglas básicas, que yo como un estúpido rompí, por andar de polla loca y calenturiento.

-¡Ey! Hermano – La voz de Antoni llama mi atención - ¿Qué tal terminó tu noche?

¡Bien! Me follé a la hija de mi jefe, que además es el hombre que más odio y quiero destruir en el mundo. Me la follé tan rico, que quiero volver a enterrársela completa y saciarme de su rico coño hasta que me canse.

-¡Normal! – Respondí.

-¿Normal? – Me dice incrédulo – Tus noches nunca terminan normal. Si no terminas en un trio, terminan con tu polla enterrada en algún coño.

Pues terminó enterrada en un coño. Uno muy rico, por cierto, pero...

-Uno cambia – Le digo encogiéndome de hombros.

-¡Eh...! Si tú lo dices... vamos a desayunar y esperemos a las chicas, para salir caminar, ya que hoy volvemos.

Lo veo palmearme el hombro. Tomó aire, va a ser un día duro, verla y querer empotrarla en cualquier superficie y no poder, va a costar. Además, como ella dijo, fue cosa del alcohol y de mi calentura.

La muy... tiene novio y se vino a meter a mi cama, eso no dice nada bueno de ella.

Me encuentro sentando en una de las mesas que tiene el hotel al aire libre, tengo mis gafas puestas, juego con el celular y en mi otra mano tengo mi vape.

-¡Llegaron! – Escucho a Antoni hablar.

No me quito las gafas. Cuando alzo la mirada - ¡Maldita sea! – Verla hace que mi polla se levante.

Trae un diminuto short, una blusa de tiras, unas gafas y un sombrero playero. Puedo ver esas hermosas piernas y esas ricas tetas que ayer chupe y disfrute como un poseso.

-¡Buenos días! – Dice Laura.

-¡Buenos días! – Dice la hechicera.

Trago grueso, me acomodo disimuladamente la polla, y la ignoro. Soy un cabrón y eso no va a cambiar, por más que haya disfrutado de comerme su coño, quedará como un más de mi lista. Eso no debe ser un problema para mí.

LUCIFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora