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– Ay, no es cierto, ¿se aparecen demonios en este tren? – preguntó Zenitsu.
– Obviamente – respondió el pilar.
– ¡¿Estas hablando en serio? ¡Nooo! Entonces, en vez de ir a buscarlos, ¿estamos encerrados con ellos? – agarró su cabeza, por su voz se notaba que tenía miedo. – ¡Bajan! ¡Déjenme salir! – gritó.
– En muy poco tiempo, se han perdido más de 40 personas dentro de este tren. Nosotros enviamos a varios cazadores, pero todos desaparecieron. Y por eso yo, como pilar, estoy aquí – mantenía su sonrisa.
Zenitsu empezó a gritar del miedo, mientras de sus ojos salían lágrimas.
– Ahora entiendo. Ya me voy, es mi parada, ¡bajan! – gritó otra vez.
El señor que revisaba los boletos se acercaba.
______ lo notó rápidamente, el aura de ese señor era extraña, y muy sospechosa.
– ¿Me permiten... Sus boletos? Por favor? – su voz se se notaba algo cansada.
– ¿Quién es él? – preguntó Tanjiro.
– ¿Él hombre que esta allá? Sólo va a revisar si nuestros boletos son válidos – respondió Rengoku.
Rengoku, Inosuke y ______ le extendieron sus boletos.
– Tenga – seguía llorando Zenitsu.
Tanjiro se levantó, y le extendió su boleto también.
Las luces parpadeaban, se apagaron por unos momentos, para después volver a prender.
– ¿Qué es esto? ¿Por qué de pronto huele tan mal? – pensó Tanjiro.
– Ya revisé... Sus boletos, señor –
Rengoku se levantó.
– Disculpe señor. Por favor, guarde su distancia. Es una situación de riesgo, tendré que usar mi katana, en serio lo siento – aún con su sonrisa en el rostro.
Las luces cada vez parpadeaban más, ______ se paró de su lugar, algo andaba mal. Por instinto se puso en frente de sus Omegas, con el fin de protegerlos.
De pronto, un demonio apareció.
– Eres muy grande, ¿te ocultaste con una técnica de sangre? Tu presencia fue difícil de detectar. Sin embargo, si quieres poner tus colmillos en personas inocentes... Con mi brillante katana de llamas carmesí, ¡Vere tus huesos convertirse en cenizas! – sacó su katana, y se puso en posición de ataque. – Respiración de la llama, primera posturas... ¡Mar de fuego! – y de un sólo golpe, logró cortarle la cabeza al demonio.
