¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
– Sí, es algo difícil de entender. Pero yo tengo más de un Omega, entre ellos estás tú, Tanjiro, Inosuke, y Zenitsu –
Él no dijo nada, sólo se quedo callado.
– Yo, tengo que irme –
– Espera, por qué te vas? –
– No tengo porque quedarme aquí – empezó a caminar.
Antes de poder decir algo, sentiste la presencia de alguien más.
– Ya veo Tomioka, encontraste al cazador que viaja con un demonio – sonrió, pero se da cuenta que eres un demonio, y saca su katana. – Oh, un demonio de alto rango –
– Noo! Ya les dije, no quiero matar a nadie –
– Aún así, es mi deber matar a cualquier demonio que se cruce en mi camino – corrió hacía tí, dispuesta a matarte.
– No lo hagas Kocho – habló en peli-negro
– ¿Uh? Proteges a un demonio? – se detuvo.
–... Es mi Alfa – respondió.
– ¿Qué? Es imposible, parecía ser que no tenías destinada – rió.
– No es así, me estás viendo a mí, su destinada. Cambiando de tema, dime, cómo te llamas? – preguntaste, algo curiosa.
Tomioka se sonrojó levemente, y Shinobu sólo frunció el ceño.
Sabías que Shinobu haría algo, así que rápidamente desataste a Inosuke. Viste lo débil que estába, así que lo tuviste que cargar en tus brazos. La pilar del insecto corrió rápidamente hacía Tanjiro.
No tenías opción, la agarraste de la cintura, probablemente morirías en el intento. Algo que caracteriza a la mayoría de demonios es su increíble fuerza y rapidez.