Capítulo 5: Penny

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Luego de que Garrett llame a alguien, llegan un par de chicos grandes y se llevan los cuerpos. Mi polluelo definitivamente tiene contactos. Que sexy. Lo que no es nada sexy, es que tenga que ayudar a limpiar el desastre en el bar de Kenai. Al parecer son muy cercanos, y yo acabo de crear un pequeño alboroto aquí, así que seré buena y ayudaré. No quiero que mi polluelo piense mal de mí.

—Oye cariño, creo que tenemos que conversar sobre lo que acaba de pasar. –dice Garret suavemente, mientras abre un par de cervezas en la barra y le da una a Kenai que luce algo pálido.

—¿Qué quieres saber? –Le digo con una brillante sonrisa, sabiendo muy bien que no diré absolutamente nada. Este es un problema del cual debo dejar lejos a Garret.

—¿Creo haber oído que robaste algo a Salazar? –Pregunta, justo antes de beber un trago de cerveza. Guau, incluso bebiendo es muy sexy. La cicatriz en su rostro solo lo hace lucir aún más sexy, y ¿cuándo se limpia la boca con el dorso de la mano? me mata.

Ojalá no nos hubieran interrumpido antes, ya le habría jodido todos los sesos fuera de sí.

El pensamiento me enfurece, esa maldita rata me ha causado demasiados problemas. Cuando lo encuentre le voy a cortar el cuello. Sigue enviando basuras que arruinan mis planes, dejándome como una chica loca y problemática ante Garret. Y ahora por encima de todo, si tuviera bolas, definitivamente estarían azules. Estoy toda caliente y molesta y quiero golpear a alguien.

—Cariño –Me saca de mis pensamientos la voz de Garrett. Aw, me llama cariño. –Necesito que hables conmigo para poder ayudarte. –dice mientras da vuelta la barra y se acerca a mí, tomando mi rostro en su manos, con una mirada de concentración. –Yo te protegeré, no te preocupes.

Me paro sobre la punta de mis pies para alcanzarlo y dejó un beso en sus labios, antes de darme la vuelta y alejarme de él. Tomo en mis brazos a mi gatito, y me despido.

—No necesito protección bebé, nos vemos aquí mañana a la misma hora.

—Espera un momento... –Gruñe, pero antes de que pueda continuar salgo corriendo por la puerta trasera del bar.

No me giro y reviso si me sigue. Claro que no me seguirá.

Pero cuando acabe con mis problemas, realmente me aseguraré de que no pueda vivir sin mí. Hasta entonces, mejor me mantengo alejada.

Sobre todo, no quiero que Salazar se dé cuenta que quien realmente robó sus armas no fui yo, sino Garret. Mientras siga pensando que fui yo, él estará a salvo. De todos modos, no me interesa un poco de persecución. Si Garret se llevó esas cosas supongo que las necesitaba.

La rata también las quería por algún motivo y me envió por ellas, pero esa estúpida rata no las merece, solo es un gran idiota. No sé por qué siquiera acepte trabajar para él. El estúpido de Mason me dijo que era un negocio fácil.

Tal vez mañana pase por su tienda y le haga saber que estaba equivocado.

Cuando estoy lo suficientemente lejos del bar, bajo el paso y camino hasta mi edificio. Con cuidado pongo a gatito dentro de mi ropa y subo las escaleras hasta la azotea. Sacudo una lona que cubre algunas cajas y la utilizó para cubrirme del frío mientras me recuesto con gatito.

Tomo mi celular y llamo al viejo Mason, quizás él me pueda ayudar con mi problema.

—Que –Dice toscamente cuando contesta.

—Hola a ti tambien viejo tonto.

—¿Penny, eres tú?

—Sorpresaaa...

—Niña, me tenías preocupado, no he sabido nada de ti en meses.

—Precisamente por eso te llamo, necesito ayuda con un pequeño problemita.

Suspira cansado antes de hablar. —Penny... ¿Qué hiciste ahora?

—Si lo piensas bien, esta vez es tu culpa. –Le digo acusándolo.

—¿Cómo tus problemas de ira son mi culpa niña? –Refunfuña.

—¿Recuerdas ese trabajo que me recomendaste con la rata?

—Se llama Salazar...

—Correcto, ese. Bueno, tiene mi cabeza en búsqueda y captura. –Le digo intentando sonar chistosa.

—¡Que! – gruñe.

—Me encargo llevarle unas cosas y ... bueno, alguien más se las llevo, entonces la rata se enojó conmigo. –Digo mientras acaricio a gatito.

Mason se queda en silencio y temo que no me ayude. Él fue una de las pocas personas que me ayudo cuando salí a la calle, me ha enseñado mucho y me ha dado trabajo. Casi siempre tambien me cubre la espalda cuando la cago, pero sé que algún día agotare su paciencia.

—¿Estas cubierta ahora mismo? –Finalmente pregunta.

—Si, estoy bien. –Digo acurrucándome mientras comienza a hacer más frio.

—Pasa por la tienda cuando puedas, vere que puedo hacer por ti.

Sonrió un poco ante sus palabras.

—Gracias viejo. –Y con eso corto la llamada.

Miro las estrellas en el cielo y escucho el viendo correr mientras escucho como gatito comienza a ronronear en mi pecho antes de quedarme dormida. 

Dulce Carmín | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora