Capítulo 18: Penny

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Sabía que Garret y los chicos estarían enojados conmigo por seguirlos, pero ¿Cómo pretendían que me quedara en casa con los brazos cruzados mientras ellos tenían toda la acción? Era estúpido, yo podía cuidarme sola. Nadie tenía que encargarse de mis asuntos. Agradecía la ayuda, pero me era imposible quedarme en casa como una niña buena.

Aún más si era mi polluelo el que estaba en peligro. No podía permitir eso. Mi deber era cuidar de mi hombre. Él era mío. Mío. Mío.

Al llegar a la entrada del edificio, enseguida encontré un par de cuerpos ocultos en los arbustos. Era gracioso que los pusieran ahí, los chicos del club siempre encontraban las formas más estúpidas de ocultar cuerpos.

Me abrí paso en el lugar, siguiendo los ruidos y voces que escuchaba. Me mantuve oculta detrás de la pared, para evitar que me vieran. El cuerpo de la rata estaba en el suelo con lo que parecía ser una bala en la cabeza, en un charco de sangre. Parecía que había llegado demasiado tarde y todo está dicho y hecho, así que solo los sorprendería de forma graciosa. De todas formas, era un alivio no tener que seguir huyendo. Cuando mire en la habitación, además de los chicos junto a Garret estaba otro hombre que no conocía.

Fruncí el ceño pensando en que tal vez no todo estaba resuelto. Tenía un mal presentimiento sobre él, y lo que salió luego de su boca luego no me gustó nada.

—¿Por qué te metiste en este negocio Garret? No sabía que intentabas escalar en la pirámide. Me siento atacado.

—No intento hacer nada de eso.

El hombre se rio ante la respuesta seca de mi polluelo. —Que bien, no habría querido deshacerme de ti, eres un buen activo. De todas formas, me has hecho un favor, matando a la basura y alejando a la loca de la calles.

¿Estaban hablando de mí? ¿Me acaba de llamar jodidamente loca?

—Solo estoy cubriendo mi rastro. No me gusta dejar problemas como estos detrás de mí.

—¿Así que la chica solo era un trabajo?

—Claro que sí. –Resoplo Garret.

Jodidamente. Resoplo.

¿Eso era yo? Un maldito trabajo.

—Bueno mierda, hubiera preferido que te la quedaras. Tú la podrías haber controlado, siempre deja un desastre tras de ella.

—No me la voy a quedar, pero la pondré en otro lugar. No estorbara en tu zona.

—Eres un buen chico, por ello te doy un buen dinero. Siempre sabes que hacer para que el negocio se mantenga en pie. –Luego golpeo su espalda como si fueran viejos amigos.

Estaba eufórica, con el corazón destrozado. Caí de rodillas en el cemento frio, sintiendo mi cabeza y oídos palpitar. No podía creer todo lo que acababa de salir de la boca de Garret. Mi cuerpo estaba entumecido.

Yo era la chica loca.

Yo era un maldito trabajo.

Él me iba dejar.

Comencé a tirar de mi pelo con desesperación, sin saber que hacer. Todo era una maldita mentira. ¿Por qué nadie me quería?

—¿Penny, que haces aquí? –Escuche una voz detrás de mí.

Escuche un ligero lloriqueo y sospechaba que salía de mí. No lo sabía, no veía con claridad. Me dolía el pecho.

—Dios, necesito llamar al viejo.

El aire salía con dificultad de mis pulmones, mi visión estaba borrosa y tenía tanto frio que sentía que moriría.

—No llamaras a nadie muchacho. –Escuche más pasos y voces, pero no podía entender nada.

Dulce Carmín | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora