•𝟰•

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Mile detuvo el auto frente a la casa de su suegra, sabía que apo estaba muy enojado pero no podía culparlo no cuando esa persona le quitaba todo pensamiento lógico.

Miró el ramo de rosas perfectas y se acercó a la puerta tocando el timbre hasta que la figura de una mujer se dejó apreciar en la puerta.

—Buenas noches señora Nattawin—Sonrió saludando—¿Esta Apo?.

—Si, está en su antigua habitación con los niños, ¿gustas beber algo?—Mile negó sonriendo.

—No muchas gracias llevaré a Apo a cenar—Sonrío al ver a la mujer asentir.

Mile suspiro subiendo las escaleras escuchando las risas de su hijo Mos, al parecer estaban jugando.

—¡Mami, no quiero esta pijama quiero la de Pikachu como la de Fort!—Apo sonrió mientras asentía.

—La buscaré en la maleta bien, ahora es hora de que te laves los dientes anda—Mos asintió corriendo hacia el baño.

Mile tocó levemente la puerta llamando la atención de Apo.

—¿Puedo pasar?—Pregunto

Apo asintió mientras dejaba al bebé en medio de la cama.

—Lo lamento fui un idiota, no pensé cuando dije eso Apo—Dijo viendo a su esposo darle la espalda.

—Realmente fuiste un idiota Mile—dijo mientras seguía acomodando los juguetes de sus hijos.

Ambos se habían quedado callados, Apo no quería perdonarlo y Mile no sabía que decir o hacer.

—¿Quieres ir a cenar?, te traje esto—Hablo Mile acercándose a Apo—Podemos ir a donde tú quieras.

Apo negó dejando con las flores en las manos mientras lo seguía ignorando, había puesto tanto esfuerzo en hacer una reservación para que lo olvidara de la nada.

—Ya, perdóname es solo que tengo mucho trabajo—Susurro abrazándolo por la cintura mientras le susurraba al oído.

—Esa no es excusa para decir que no es una fecha importante, pero olvídalo solo quiero ir a dormir—

Mile sonrió sujetándolo de la cintura para acercarlo más a su cuerpo.

—Apo, hace cuanto no lo hacemos—Sonrió mordiendo el lóbulo de su oído mientras acariciaba la cintura de su amado.

—No lo sé, ya Cálmate Mos podría salir en cualquier momento además necesito dormir a Fort.

—Vamos deberíamos dejarlos por hoy con tu madre e ir a casa ya sabes solo tú y yo con tu vino favorito.

¿Hace cuanto no estaba a solas con su marido?, quizás casi meses desde que habían hecho el amor por última vez y no podía evitar sentir una ola de placer desde la punta de sus dedos hasta recorrer su cuerpo.

—Está bien, pero espera a que los niños se duerman—Sonrío Apo.

Después de un rato ambos niños se encontraban totalmente dormidos, Mos abrazaba a su pequeño hermanito mientras tanto Apo terminaba de arreglarse.

—podríamos incluso hacerlo aquí—Sonrió Mile dejando besos en el cuello de Apo.

—Mgh Mile~—Jadeó Apo ladeando su cabeza para darle más acceso a su cuello dejando que dejara marcas y mordidas en su piel.

—Me encanta tu cuerpo—Susurro restregando su erección entre sus nalgas—Solo de verte me puse duro.

Apo se dio la vuelta para besar a su esposo con hambre, mientras sus lenguas jugaban entre ellas, Mile lo subió  al lavabo para meterse entre sus piernas.

—Vamos, no quiero follarte aquí, quiero hacerlo en casa para que no calles tus gemidos—Dijo Mile cargándolo en modo nupcial hacia el coche.

—¿Compraste condones?—Susurro Apo.

—No, no los necesitamos cariño me correré afuera—hablo Mile acariciando la pierna de su acompañante.

Ambos llegaron en tiempo récord a la casa, con sigilo y rapidez ya se encontraba totalmente desnudo con su esposo entre sus piernas.

Mile pasó su lengua por el pezon húmedo de su amante probando por primera vez ese delicioso néctar que su bebé tomaba.

El teléfono de su esposo empezó a vibrar en la mesita de noche y apo solo pudo observar a su esposo colgar con molestia.

A la mañana siguiente se levantó buscando a su marido con su mano pero estaba vacía la cama, del baño salió con su cabello bien peinado y bien a perfumado.

—Buenos días guapo—Ronroneó apo.

—Buenos días, deberías bañarte hueles a Sexo, es asqueroso.

Apo asintió, mientras se sentaba en la cama.

—Quiero comprar un teléfono nuevo, ¿me puedes dar dinero?

—No tengo dinero para estupideces Apo, ese teléfono aún funciona no intentes quitarme dinero para cosas inútiles—escupió antes de salir por la puerta.

Mile sonrió al abrir la puerta de aquel lujoso departamento que le había comprado a su amante o más bien a su Sugar Baby.

—Hola bebé—Sonrió abrazando la cintura del joven quien se encontraba cambiándose.

—¿Porque no me contestaste anoche?—Dijo Tawan dándose la vuelta para verlo a la cara.

—Estuve ocupado, pero hoy seré todo tuyo bebé—Sonrió subiéndose encima de él.

—Mmm, necesito dinero amor es que mi teléfono no funciona bien—dijo con un puchero.

—Claro que si cariño, es más te daré para que te compres el teléfono de última generación que querías.

—¡Gracias amor!—Sonrió Tawan besando las mejillas de Mile

—Eres lo más valioso te los mereces.

•••Dɪᴠᴏʀᴄᴇ••• (Mɪʟᴇᴀᴘᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora