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Hoy era el gran día, el cumpleaños de su pequeño Mos, se había despertado temprano para preparar un rico pastel de chocolate.

Estaba tan melancólico su pequeño hijo estaba creciendo muy rápido, tenía muchas cosas que hacer hoy entre ellas limpiar el patio trasero y preparar los postres para la fiesta de Mos.

—¿Donde está mi desayuno?—la voz de su esposo resonó en la cocina.

—Estaba pensando en que te quedes un rato más para que comas pastel con nosotros—Sonreí mostrándole el pastel—Anda, solo hoy.

—Está bien—Dijo parándose atrás de mi sentía su respiración en mi cuello—Hueles bien.

Sonrío metiendo sus manos dentro de mi camisa, me removí incómodo pero él siguió subiendo sus manos mientras besaba mi cuello.

—M-Mile no—Susurre alejándolo—N-no quiero.

Ignoró mis palabras quitándome la camisa de mi pijama, no quería hacerlo, lo empujé con suavidad alejándolo de mi.

—Deberíamos ir a darle su pastel a Mos—Susurre acomodando mi ropa.

El gruño empujándome con fuerza contra la pared para desgarrar mi ropa, solloce mientras negaba, bajo sus pantalones y metió su miembro sin cuidado, chille de dolor mientras era sujetado por la fuerza.

—Me encanta follarte, estás tan apretado—Jadeo en mi oído—Sabes que debes obedéceme o tendré que recurrir a estas medidas.

—¡M-me duele por favor basta!—Solloce cerrando mis piernas.

—¡No cierres las putas piernas!—Bufo abriéndolas con brusquedad mientras mordía mi cuello, sentía como atravesaba mi piel.

Empezó a embestirme con más brusquedad haciendo que mi cabeza golpeara en la pared, solloce en silencio hasta que sentí cuando me llenó, me sentía muy sucio.

—¿Porque lloras?, no es para tanto—dijo viéndome—Apresúrate no querías llevarle su pastel al bastardo.

Sonrío saliendo de la cocina, limpie mis lagrimas y me coloque la pijama, respire para poder tranquilizarme y tomé el pastel para dirigirme a la habitación de mi hijo quien seguía dormido.

—Bebé, Feliz cumpleaños—Sonreí besando su rostro, lo vi removerse y sentarse en la cama con una sonrisa.

—Gracias Mami—Sonrió besando mi mejilla y apagando las velas—Vamos tienes que ducharte y abajo te espero para comer pastel.

Sonreí con ternura como su propio padre no los quería, Mile no era cercano a ellos más sin embargo nunca les había faltado nada pero el amor y atención de su padre si.

—Mile, no me gusto que llamaras a nuestro hijo de esa forma.

—¿Y acaso no lo es?, te dije que no quería hijos y vas y te embarazas—Dijo sin verme—Me largo, traeré a un amigo a la fiesta no quiero que me jodas, oíste.

(...)

Sonreí al ver el resultado, el patio estaba adornando con muchos globos, había un lindo brincolín en forma de castillo y la mesa de postres se veía apetecible.

—Ustedes se ven adorables—Sonreí abrazándolos .

—¡Mami, ya llegó Ta!—Sonrió corriendo al Niño quien lo abrazó con cariño.

—Hola Bible, Muchas gracias por venir—Sonreí.

—Al contrario Gracias por invitarnos, te ves muy bien ese traje de seda blanca te queda Perfecto—Sonrió—Pareces un ángel, uno muy hermoso.

—Sonreí negando—En un momento servirán la cena pueden sentarse donde quieran, estaré aquí por si necesitan algo.

Sonreí mientras me sentaba cerca de la entrada para recibir a los invitados y los regalos, vi a mi marido llegar de la mano con un joven que no pasaba los veinticinco años.

—Porsche te presento a Tawan, Tawan te presento a Porsche—Dijo Mile presentándonos.

—Mucho gusto, Soy el esposo de Mile—Sonreí recalcando mis palabras.

—El gusto es mío, Mile tengo mucha hambre—Dijo abrazando el brazo de mi esposo.

—Apo, podrías servirle la cena a Tawan estamos hambrientos, Vamos por aquí—dijo llevándoselo a una mesa alejada.

Fort empezó a llorar, tenía hambre así que lo cargue entre mis brazos y desabotone mi camisa un poco para dejar mi pecho accesible, el bebé rápido se pegó a mi pecho soltando un suspiro de satisfacción.

—Ve a darle de comer adentro—Dijo Mile tomando mi brazo para adentrarnos a la casa—Eres un descarado, ¿acaso quieres que te vean?.

—Solo le estoy dando de comer Mile—Dije sentándome en el sofá—No es para tanto.

—¿Acaso quieres que te vean el pecho?, eres una zorra eh—Hablo saliendo de la sala.

Rodee los ojos dejando al bebé dormido en su carriola, me acerque a la mesa de Bible y me senté frente a él.

—El clima está maravilloso verdad—Sonreí.

—Si, es un día agradable, no puedo dejar de verte te ves muy hermoso, de seguro tu marido debe estar llenándote de halagos—Sonrió bebiendo de su copa.

—Si—Susurre viéndolo levantarse y entrar a la casa con el Tal Tawan de la mano.

—¿Estás bien?—Susurro Bible tomando mi mano.

—Si, Vuelvo en un segundo—Dije entrando a la casa.

Me acerque a mi habitación pude escuchar unos ruidos raros viniendo de adentro, abrí la puerta lentamente con miedo, no podía creer lo que mis ojos veían, mi marido follándose a otro en mi propia cama.

—¡Mile!—Solloce viéndolo levantarse rápidamente tomando su ropa del suelo.

—A-Apo no es lo que crees—Dijo acercándose a mi lentamente—Amor por favor.

—¡¿Que me vas a explicar?!, ¡Que te estás follando a otro en nuestra cama y en el cumpleaños de tu hijo!—Dije alejándome—¡No me toques!

Mile gruño abofeteándolo, mientras lo tomaba con fuerza del cuello.

—¡Basta con tu puta actitud!—Gruño—Y acostúmbrate que no será la primera vez, ahora lárgate y déjame follar.

Me empujó fuera de la habitación cerrando la puerta en mi cara, Solloce pero rápidamente limpié mis lágrimas para salir al patio y abrazar a mi hijo.

—¿Quieres comer pastel cariño?—Sonreí al verlo asentir con entusiasmo.

Se sentía enojado y creía que lloraría en cualquier momento, tenía el corazón roto y solo podía imaginar todas las veces que me mintió.

—¿Papá no vendrá a comer pastel con nosotros?—Dijo Mos.

—No bebé, tuvo que irse de urgencia—Sonreí acariciando su mejilla el asintió mientras seguía comiendo.

(...)

Estaba despidiéndome de los últimos invitados cuando apareció Bible.

—Nos vemos luego Apo, espero pases buena noche—Sonrío.

—Espera Bible, tú eres abogado, ¿Cierto?—Susurré tomando su mano.

—Si, ¿necesitas ayuda en algo?—Pregunto.

—Necesito realizar un trámite es muy importante—Hablé.

El asintió mientras me veía con extrañeza, sabía que lo que iba a hacer era lo mejor para mi como para mis hijos pero no podía evitar sentir miedo ante la reacción de Mile.

•••Dɪᴠᴏʀᴄᴇ••• (Mɪʟᴇᴀᴘᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora