Capítulo 7 "Confianza"

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Sky miró a Satarah, ella lo notó y él rápidamente bajó la vista hacia su espada, a la cual le daba los cuidados de costumbre para no aburrirse en aquella soledad.

No era la primera vez que esto sucedía, pues en los últimos 15 minutos que le estaba sacando filo, contaba como una tercera, o tal vez una cuarta, si Satarah decidía contar cuando le dijo si deseaba que fuese a cazar algo nuevamente.

-Ya basta, me cansé.

-¿De qué?

La demonio le dio un pequeño gruñido que hizo que un lado de su boca vibrara mostrando uno de sus colmillos.

-¿Por qué me miras tanto?

-Ah, eso-Sonrió y dejó la piedra de afilar que estaba usando a un lado de la mesa-Es que ahora me doy cuenta de lo delgado que estaba cuando usaba ese traje.

-¿Por eso?

-Sí. Solo estaba recordando el tiempo en el que tuve que usarlo.

-¿Y esperas que te crea?

Sky tomó la espada con una mano y la examinó.

-No lo sé. ¿Me crees?

-No.

-Pues eso está bien para mí.

Se separó de la mesa donde antes estaba y empuñó su espada hacia delante, luego izquierda, derecha, delante de nuevo y un medio giro.

-Se escucha bien...-Dijo más para sí mismo que para ambos mientras tocaba el filo con el pulgar-Tampoco es como si tuviera mucha importancia ¿qué más debería ver?

Satarah parpadeó, dándose cuenta de que estas palabras sí iban dirigidas a ella, y no a la hoja pulida y brillante que parecía un espejo reflejando los brillantes ojos verde esmeralda de Sky.

-¿A qué te refieres con qué más deberías ver? ¿Insinúas que solo tengo una cara linda?

-No-Se llevó una mano a la frente y se talló la cara con ella dejando colgar el brazo que sostenía la espada a un lado de su cuerpo.

-Me refiero a que no tengo necesidad de mirar nada. Las otras veces fueron accidentes.

-Sí, accidentes...-Lo miró, sus ojos azules fijos en los de él con las palabras prácticamente escritas ahí-Accidentes que mencionaste al menos una o dos veces luego de que sucedieran.

Sky levantó su espada y puso recto el brazo, señalando así, a Satarah.

-Solo fue el primero y fue una reprimenda por tú mala actitud-Movió la espada a un lado y al otro, como si aún buscase lo que sentía que le faltaba.

-No tienes que reprenderme de nada y además...-Se cruzó de brazos mientras su pie subía y bajaba una y otra vez, molesto, al igual que ella-¿Quién tiene mala actitud?

-Tú.

La chica semi-humana resopló elevando un poco uno de sus cabellos momentos antes de que una brisa rápida se lo cortara, haciéndole sentir un ardor en la mejilla.

Abrió mucho los ojos y los dirigió a Sky justo en el momento en el que él, con su espada, cortaba una flecha por la mitad y hacía que los 2 trozos cayesen a ambos lados de donde se encontraba, y que la punta de metal tintineara al golpear un par de pequeñas piedras.

-¿Qué fue eso?-Preguntó Satarah al darse la vuelta.

-Bandidos-Caminó hasta ponerse un poco por delante de ella, con la empuñadura plateada de su espada de un solo filo a la altura de la cintura.

-¿Bandidos? ¿En estos parajes tan aislados?

-Sí.

-Parece que vieron eso.

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