Capítulo 8 "Preocupación"

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Satarah despertó, sentándose y poniéndose una mano en la cabeza. Hizo una mueca. Le dolían todos los sentidos, y además ¿dónde estaba?

Se volteó a la derecha con lentitud y miró a través de la ventana. Tonos amarillos y naranjas adornaban el cielo de un ocaso.

Parpadeó y se frotó los ojos con cada mano.

-Oh, ya despertaste-Le dijo la voz de Sky casi de inmediato, al notar como por fin había salido de aquel sueño que la mantenía tan inmóvil que, sin poder evitarlo y generando un escenario fatalista, parecía que el aliento de la vida había desaparecido de ella.

Él había estado medio dormido en una silla a los pies de la cama, porque su resistencia al sueño había comenzado a flaquear a causa de la propia Satarah, a quien no pudo dejar de vigilar todo el tiempo desde que la había colocado sobre el colchón.

La semi-humana se despertó por completo al escucharlo, dando una sacudida de cabeza, esta solo haciendo que sintiera como si una piedra le hubiese dado en la sien.

-¿Qué pasó?

Sky se agachó para coger algo debajo de la cama.

-¿No te acuerdas?

Satarah frunció el ceño.

-Ah, sí, los ladrones.

Sonidos de objetos que chocaban entre si se escucharon provenientes de donde Sky estaba removiéndolos para encontrar algo.

-Y las flechas envenenadas.

Sky se puso de pie.

Satarah miró la cajita que llevaba entre las 2 manos y suspiró.

-(¿Debería preguntarle?)

Sky se dio la vuelta, colocando la pequeña caja encima de la cómoda que antes se encontraba a un lado de la puerta, y que ahora estaba justo debajo de la ventana.

-Así que...Sky, ¿por qué te desterraron?

La cajita que ya había abierto con algo de dificultad debido a las bisagras oxidadas, se cerró de golpe sobre sus dedos.

-¡¡Argh!!-Sky retiró la mano por puro reflejo y se la sostuvo con la otra-¿Quién te dijo eso?

-Ese hombre, el que parecía ser el jefe de los ladrones.

-Ya veo...

-¿Por qué te echaron de tú propio reino?

-Larga historia-Sky dejó de masajearse la mano y volvió a abrir la caja.

El rechinido de las bisagras se escuchó y el tintineo de varios cristales.

-Por ahora dime como te sientes-Giró su cabeza para verla.

Satarah se miró a si misma y de vuelta a él.

-Estoy bien, supongo-Siseó por el dolor de cabeza, poniéndose una mano cerca de la coronilla-Salvo esto.

-Sí, claro, efectos del veneno.

-¿Ah sí? Hablando de eso, pensé que nos mataría.

-A mí no-Cerró la caja y fue a la cocina.

El sonido de un frasco siendo destapado, el de algún líquido vertiéndose en un recipiente, y finalmente Sky volviendo de la cocina con un vaso de barro en la mano.

-El veneno también cuenta como algo de lo que me puedo sanar por mí mismo. Pero para ti si que fue peligroso, tuve que...

Carraspeó.

-¿Qué? Dime ¿qué tuviste que hacer?

-Eso no es tan importante ahora-Se acercó a la cama-Bebe, te hará bien.

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