‡Peligroso Omega‡[KOOKJIN]

*31*

Jungkook

"Hmmmph", jadeé, cuando Jin se lanzó sobre mí, mientras yo intentaba abrir la puerta principal. Sus labios se fundieron con los míos y sus dientes me mordisquearon el labio inferior. La electricidad se disparó directamente a mi polla, y gemí fuerte en su boca, exigiendo: "Más".

Sonrió malvadamente: "¿Te gusta?". Volví a morderme el labio y rechiné mi polla palpitante contra su estómago, con la respiración entrecortada.

Por fin entramos en casa y cerré la puerta a toda prisa con manos temblorosas. Jin estaba pegado a mi espalda, sus manos recorrían cualquier parte de mí que pudiera alcanzar. Su dura polla se apretaba contra mi culo vestido de vaqueros, frotándose con deliciosa fricción.

"¿Crees que a Taehyung y Hoseok les parece bien quedarse con Matty esta noche?". Me mordió el lóbulo de la oreja cuando lo levanté y me rodeó la cintura con las piernas. Agarrando sus redondas nalgas con mis manos, quise dar los pasos de dos en dos, pero me contuve para mantener una velocidad normal.

"Por supuesto. Y toda la familia estará pendiente de él, no sólo Tae y Hoseok. Dudo que Matty nos eche de menos". Chupé con fuerza un punto de su cuello, hasta que un moretón púrpura brillante apareció en su pálida piel. Me encantaba cómo su piel de alabastro recibía mis marcas con tanta belleza.

"Voy a marcarte por todas partes", gruñí, depositándolo suavemente sobre nuestra cama y cubriendo su cuerpo con el peso del mío.

Habíamos vuelto a casa un día antes, dejando a Matty con mi familia. Taehyung y Hoseok se habían ofrecido a llevarlo a casa con ellos mañana. Mi madre se había puesto como loca... cuando le dije que Jin y yo nos íbamos y que no nos quedaríamos para las travesuras de cumpleaños que había planeado.

Sinceramente, aunque Jin no estuviera a punto de reclamarme como suyo y enterrarme las pelotas hasta el fondo del culo -algo que no quería en absoluto que ocurriera con mi familia al alcance del oído-, ya había tenido toda la unión familiar que podía soportar de una sola vez.

Quería a mi familia, pero en pequeñas dosis.

Preferiblemente en mi tiempo libre. Cuando podía desaparecer o despedirme de ellos cuando quería.

Jin me empujó el hombro hasta que rodé sobre mi espalda y él se echó sobre mí. A horcajadas sobre mis caderas, se quitó la camiseta por la cabeza y la tiró a un rincón. Mis dedos empezaron inmediatamente a jugar con sus bonitos pezones rosas, que ya estaban duros y deseando mi boca.

Pellizcándolos, echó la cabeza hacia atrás, gimiendo con fuerza. Sí, estar en casa, en nuestra propia cama, donde podíamos hacer todo tipo de ruido, era perfecto. Porque quería que Jin me hiciera aullar.

Tirando de él hacia abajo, me metí uno de sus pezones en la boca, chupándolo como si fuera mi biberón personal. Moví las caderas contra él al ritmo de la succión, antes de pasar al otro pezón.

Los dedos de Jin se enredaron en mi espesa cabellera, acercándome más a él. Su piel era ardiente al tacto, rosado y sonrosado, y su aroma a malvavisco tostado llenaba la habitación.

Cuando por fin le quité los pezones de la boca, me miró, con los ojos aturdidos y las pupilas dilatadas. 

"¿Estás seguro, Kook? Podemos reclamarnos el uno al otro sin que yo te folle".

Podríamos hacerlo. Podía ser yo quien estuviera dentro de él, como siempre habíamos hecho, pero yo quería esto.

Quería a Jin. Todo él, llenándome, haciéndome suyo, como yo lo había hecho mío. Necesitaba esto como necesitaba aire para respirar.