Agradecido..., vuelve a decirse Childe mientras se lanza al ataque incesantemente, incansablemente, ciegamente, con los dientes apretados en algo que ya no es ni la parodia de una sonrisa. ¿Para qué seguir fingiendo? ¿No han fingido ya bastante?
Las olas rompen en la playa de Guyun, borrando las huellas de ambos mientras se mueven por la orilla entre los destellos dorados y azules del entrechocar de sus armas. Le está tan, tan agradecido...
Deja que te lo agradezca como es debido, ¡Zhongli-xiansheng!
Zhongli se mueve a tiempo de evitar la letal cuchilla de agua, pero no las púas de su empuñadura, que rasgan su manga a la altura del hombro y la piel que hay debajo.
Roja... Es roja.
Childe sonríe de forma predadora y alza la vista desde donde la sangre de un dios se diluye en el agua para mirar su rostro. Sí, él también respira. Y ahora está recobrando el aliento...
—Bien, ya tienes lo que querías —le dice Zhongli.
Pero antes de que pueda decir nada más, Childe ha vuelto a la carga con fuerzas renovadas por su pequeña victoria. Ya ha probado la sangre y tiene sed de más.
—Childe —lo llama Zhongli en tono de advertencia cuando sus armas vuelven a chocar y sus rostros quedan a centímetros de distancia, más cerca de lo que han estado jamás.
Pero cómo odia su voz, cómo lo enfurece volver a oírla. Si dice una sola palabra más...
—Ya es suficiente.
—¡Cállate! —ruge Childe, saltando hacia atrás y apuntándole directamente con una de sus espadas—. ¡Lucha!
—Este es un duelo amistoso...
Childe rompe a reír con ganas, echando la cabeza hacia atrás y dejando que sus carcajadas resuenen con fuerza entre los acantilados.
—Solo los amigos pueden pelear de forma amistosa, Morax. ¡Lucha! —vuelve a exigir, y hay un "o" implícito en esa demanda. O sangra. O muerte. Muere y, esta vez, muere de verdad.
Zhongli estudia atentamente su rostro, ahondando en sus ojos con la flecha dorada de su mirada.
—Como quieras —dice finalmente, y al alzar la guardia adopta esta vez una actitud ofensiva y no defensiva. Por fin ha comprendido lo que quiere Childe.
Gracias, Zhongli-xiansheng. De verdad, gracias.
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No por engañarlo, no por utilizarlo, no por manipularlo como como a un títere, ni siquiera por asignarle el papel del villano en su grandiosa obra mientras dejaba que La Signora fuera la prima donna. No por echar a perder todo su esfuerzo, todos los meses lejos de su hogar y de sus hermanos, y por obligarlo a volver a Snezhnaya con las manos vacías para enfrentar la decepción de la Zarina y la burla infame de los Heraldos. Zhongli había cumplido con su deber, con el deber de un arconte para con su pueblo, y Childe con el suyo para con Su Majestad y Snezhnaya. Había sido ingenuo e incauto y había perdido, pero aprendería de sus errores, se levantaría y la caída lo haría más fuerte.
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La flor se convierte en ceniza | Genshin Impact - ZhongChi
FanfictionChilde consigue su duelo de "reconciliación"... y puede que algo más.