Childe vuelve a moverse intranquilo en la cama, con el rostro tenso, los puños apretados y los ojos inquietos bajo sus párpados cerrados. Otra pesadilla. Ha estado inconsciente dos días y desde entonces no ha dejado de agitarse en sueños, luchando contra algo que Zhongli no puede ver ni alejar de él. Allí donde está, él no puede protegerlo.
Todo lo que puede hacer es sentarse pacientemente junto a él y tomar su mano, acariciar su frente y hablarle suavemente. Su voz suele tranquilizarlo pero, tarde o temprano, las pesadillas vuelven.
El doctor Baizhu ha venido a verlo. No hace mucho que conoce a Zhongli aunque, por supuesto, Zhongli lo conoce bien a él. Sabe que puede confiar en su discreción. Sin embargo, ya se temía que la medicina poco o nada puede hacer por él. Tanto el afable médico como su extraña compañera concuerdan en que su vida no corre peligro, aunque el origen de su debilidad no les parece... natural. Ellos dos, unidos inextricablemente por un vínculo de obscura naturaleza, conocen bien el precio de ciertos pactos, pero no preguntan y Zhongli no responde a lo que no le han preguntado.
Una falsa Visión...
Es algo tan impío y tan atroz, tan inimaginablemente perverso que tiene que contenerse para no hacerla pedazos. No es suya para decidir destruirla, le pertenece a Childe y sabe que él exigirá que se la devuelva, pero un poder como ese es un veneno para los seres humanos, ella lo sabe muy bien. No, el fin no justifica los medios. Las vidas de los mortales son breves, pero son valiosas. La vida de Childe lo es.
—Calma... —murmura al notar que vuelve a estremecerse. No sabe si se lo dice a él o a sí mismo, pero el temblor cesa, su rostro se relaja y su respiración se serena.
La habitación en la que se encuentran es espaciosa y está mínimamente amueblada, creando la ilusión de una amplitud aún mayor. Los rayos de sol que entran por la ventana son del intenso color dorado del atardecer. Bajo esa luz, con el rojizo cabello revuelto, los labios entreabiertos y los ojos cerrados, Childe parece tan solo un muchacho.
Cuánto más sencillas serían las cosas si fuera solo lo que aparenta ser. Zhongli ni siquiera sabe con certeza lo que sucedió en la playa, pero algo le dice que el Engaño no fue la causa de todo. Hay algo más, siempre ha habido algo más en él. Recuerda que alguien le preguntó una vez por qué nunca llevaba puesta su máscara como el resto de los Fatui. Childe se rio y respondió que era demasiado guapo como para taparse la cara. Tiene una risa vibrante y entusiasta y cien formas distintas de sonreír, todas ellas encantadoras, pero en sus ojos sin brillo hay algo oscuro al acecho. La verdad sobre su máscara es que rara vez se la quita. Sus ojos solo brillan cuando habla de sus hermanos. Y brillaban a través de las lágrimas hace dos días en la playa...
Su otra máscara, la que siempre lleva sobre la cabeza como una pequeña llama más roja que su pelo, está desaparecida desde entonces. El resto de sus cosas (su ropa limpia y su Visión) están junto a la cama para cuando despierte. De momento, parece estar tranquilo. Puede que lo peor haya pasado ya. Con cuidado, Zhongli suelta su mano y la deja reposar sobre la cama.
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La flor se convierte en ceniza | Genshin Impact - ZhongChi
Fiksi PenggemarChilde consigue su duelo de "reconciliación"... y puede que algo más.