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-¿Cómo? ¡¿Modistas?!- Exclamé-

-Vamos- Jungkook estiró de mi mano- Llevan bastante rato esperando mientras tú dormías profundamente-

Al entrar en mi habitación me asombré al ver a seis mujeres cosiendo detalles en algunos vestidos y zapatos.

-Buenos días- Salude amablemente-

-Mira señora Ling, esta es Hee- Me presentó Jungkook- ¿Cómo la ve?-

La señora Ling me miró con disgusto y espantó mientras reseguía la silueta de mi cuerpo.

-Hay mucho trabajo por hacer- Dijo agarrándome de los hombros para sentarme en una silla delante del tocador-

Me hicieron las cejas con cera y me cortaron el cabello.

-¿Señor quiere algún tinte en su pelo?- Preguntó una chica con ojos azules-

Jungkook llevaba toda la mañana sentado en una mesa con un capuchino repasando y escribiendo cosas en papales.

Jungkook levanto la vista sin ninguna expresión.

-Es su pelo, ¿porque iba a tener que decidir yo?- Expresó con algo de antipatía hacía la chica- Pregúntale a ella-

-Disculpe señor pensé que ella no podía decidir- Se disculpó- ¿Señorita?-

Miré a Jungkook con algo de preocupación. No quería estar fea.

Empecé a pensar pero el me interrumpió.

-Ey- Dijo levantando mi mentón- No te preocupes tanto, si no te gusta puedes volver a pintarlo de otro color- Me sonrió-

-¿De verdad?- Sonreí emocionada, esto parecía un invento de otro mundo-

Jungkook asintió.

-Yo en cada estación del año llevo un color diferente-  Hecho su pelo hacía atrás- Hagas lo que te hagas en pelo, estarás hermosa-

Su halago fue ensordecedor. Y de repente solo me vinieron imágenes de Yoongi. Solo el me hacía sentir ese cosquilleo, pensé que nadie más podía hacerlo. Es un asesino. Un maldito asesino. Cada vez que esa palabra se reproducía en mi cabeza me entraban ganas de vomitar. Por alguna razón sabía que estaba mal sentir algo por él, pero cada mínimo detalle que tenía conmigo cambiaba mi manera de pensar.

Y mientras pensaba las chicas ya habían acabado con mi pelo.

Ahora mi pelo tenía un color rojo que encima de mi cabello rubio se veía algo más claro. Me habían hecho algunas ondas. Hacia tanto tiempo que no me veía guapa.

Jungkook se había ido hacía un rato a por algo de tentempié.

-Ahora en pie- Dijo la señora Ling- Tacones- Exigió a su ayudante para que se los trajera-

Me los hizo poner. Eran de 12 cm.

-Recta- Exclamó Ling- El libro- Volvió a exigirle a su ayudante-

Colocó un libro de unas 500 páginas en mi cabeza y me hizo caminar en línea recta sin que se me cayera. En que momento había pasado de limpiar y servir platos a tomar clases de cómo andar en tacones.

𝐒𝐨𝐧𝐫𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora