🍪; 𝟎𝟎:𝟎𝟓

1.6K 86 7
                                    

Sam sacó algunos billetes de su alcancía, había estado guardando dinero para comprarse una sudadera nueva, su hermano tenía razón, usaba la misma la mayoría del tiempo, pero detuvo su ahorro cuando la situación se empezó a complicar y ya no guardaba parte de la ganancia para ella.

- solo será esta vez, podré conseguirlo de nuevo- se dijo a si misma, trataba de soñar positiva, casi nunca salía porque no tenía mucho para aportar.

Spreen y Ama estaban hablando animadamente cuando Sam bajó a la sala, ya lista para salir.

-¡Samyyy! ¿No estás orgulloso de nosotros?-sonrió emocionado el de gorra.

-Claro que si, son buenos ayudantes.

-Fue interesante, tienes vecinos muy lindos-se sonrojó el de gorra, recordando su encuentro con el guapo pelicastaño hace un momento.

-Creo que si, hay mucha gente linda por aquí-dijo, apareciendo una imagen de Ari automáticamente en su cabeza. Frunció el ceño ante su propio pensamiento, apartándolo rápidamente.

- Yo también me encontré con un chico muy lindo, es alto y de cabello negro, fue muy amable-suspiró con una enorme sonrisa, Ama. Según élla, había sido algo así como atracción a primera vista.

-¿Cabello negro y alto? ¡Hablas de filis!-rió Sam-Es un gran cliente, muy amable y sonriente.

Los tres iban hablando sobre lo sucedido ese día mientras caminaban hacia la plaza, Sam les habló de abril y de la actitud que tenía cada vez que la veía, Ama dijo que ya no debería de ir a esa casa porque nadie debía hablarle mal o hacerte el feo al trabajo que con tanto esfuerzo hacía, Spreen dijo algo similar, sabía lo mucho que se esforzaba para que fueran groseros con élla, pero Sam estaba consciente de que no siempre todo salía bien y que a veces era bueno ser persistente.

-Ahora que recuerdo, ¿alguno de ustedes sabe hacer cupcakes?-los miró esperanzado, esperando que alguno pudiera enseñarle porque élla solo podía hacer galletas.

Ambos negaron.

- ¿Piensas expandir tu negocio? Es buena idea.

-Solo quería intentar algo-hizo un puchero-En fin, ¿comemos y vamos al cine?

- ¡Sí! -respondieron los otros dos al unísono.

Los tres se encaminaron hacia un pequeño restaurante
cercano, comieron algo liviano y luego se dirigieron al cine.

Sam no podía evitar pensar en que pudo haber guardado ese dinero, pero al ver la felicidad de sus amigos cuando estaban con ella la hizo sentir mejor, dejando de lado cualquier preocupación, quería divertirse y no había nada mejor que una película para mejorar los ánimos.

- Ari vamos no seas mala -  dijo Filis quien seguía haciendo pucheros y caras tiernas para convencer a su mejor amiga de salir, ya estaba aburrido de llegar a su casa y pasar el rato viendo documentales o viendo como Ari pasaba todo el tiempo en s...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Ari vamos no seas mala -  dijo Filis quien seguía haciendo pucheros y caras tiernas para convencer a su mejor amiga de salir, ya estaba aburrido de llegar a su casa y pasar el rato viendo documentales o viendo como Ari pasaba todo el tiempo en su celular, ni siquiera lo dejaba hacer ruido.

☽ • 𝐂𝐎𝐎𝐊𝐈𝐄𝐒 || 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 𝐀𝐔 • ☾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora