☽ • 𝐂𝐎𝐎𝐊𝐈𝐄𝐒 || 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 𝐀𝐔 • ☾

🍪; 𝟎𝟎:𝟎𝟔

Ari caminaba a un lado de Sam, ambas en total silencio, no tenian nada que decir.

para empezar, Ari no sabía por que había decidido seguirla. Sam solo quería escapar y meterse en su cama a llorar de la vergúenza, mientras que Ari no sabía cómo tratar la situación, ser alguien amable en momentos así no era su fuerte, con Filis y Juan era totalmente diferente,

podía ser directa, y por primera vez, temía arruinar las cosas con lo que podría decir.

-¿Te sientes mejor? - pregunto Ari luego de un rato.

- ¿Uh? Si, estoy mejor - le sonrio, un poco distante y distraída.

- ¿Por que dejas que te traten así?

Sam se detuvo y la miró, recordando que tal vez había escuchado todo lo que le habían dicho, incluso lo de su madre, haciéndola sentir triste. Muchas veces no es que solo se dejara, pero ¿qué podía hacer élla? No le gustaba
pelear, de todas formas no sabía cómo hacerlo.

- No es tan simple - respondió, viendo hacia otro lado - Tampoco pasa tan seguido - mintió.

- Mjm - no le creyó en lo absoluto - ¿Qué suele animarte? -

- Estoy animada, de verdad - la miró con seriedad, tratando de convencerla.

- No te pregunté eso - con su dedo Índice presiono la frente de la menor, empujando su cabeza levemente hacia atrás.

Sam frunció levemente el ceño por tal acción, Ari era muy extrana para élla, siempre con su expresion seria, no entendía cómo alguien podía estar tanto tiempo sin sonreír o con tan mal humor.

- Normalmente me anima hornear galletas - dijo con timidez.

- No sé por que no me sorprende - suspiró - Bien vamos -  tomó su pequeña mano y caminaron hacia la tienda de comestibles más cercana.

Ari no era de hacer esas cosas, de hecho, nunca las hacía, pero las ganas de hacerla sentir bien eran más grandes.

Sam sintió cosquillas en su estómago cuando Ari tomó su mano, estaba sorprendida y a la vez tan avergonzada, la sensación de su mano que era más grande sobre la suya que era más pequeña, le causaba sensaciones muy diferentes a las que solía sentir.

Ni siquiera lo soltó mientras iban por los pasillos de la tienda de comestibles eligiendo los ingredientes para hornear, causando que un nudo de emociones se generaran dentro de élla.

Cuando vio que la canasta estaba llena de cosas entró en pánico, no tenía dinero para pagar tantas cosas, estaba tan distraída en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando metieron tantas cosas.

-Ari, no creo poder pagar todo eso - le dijo con un toque de vergüenza-  No tenía planeado esto y no saqué tanto dinero.

-Lo pagaré yo - respondió simple y con voz neutra, dándole a entender que no iba a discutirlo.