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Ari abrió la puerta al escuchar unos suaves toques y se encontró de nuevo con la chica de grandes mejillas, mirándola con ojos brillantes.

Quizás ya no debería ni siquiera abrir la puerta.

- Hoy tampoco quiero, gracias- habló antes de que la castaña dijera algo.

- ¡Hola! Sé que no nos conocemos y que no es mi problema, pero te vi ayer un poco desanimada - revisó en sus cosas y sacó una linda bolsa transparente con puntos de colores, amarrada con un listón azul - toma, te la regalo - se la extendió con una gran sonrisa.

Ari la miró confundida, ¿desanimada? No estaba desanimada, se sentía muy bien de hecho, pero quizás la forma en la que hablaba o la miraba le daba a entender eso, lo cual era raro porque todos decían que tenía cara de amargada, no de alguien desanimada.

Que mala percepción tenía esa chica.

- Gracias, supongo - la aceptó aún confundida, dándose cuenta de la figura en ésta, le parecía linda - ¿Cómo te llamas? - se atrevió a preguntar sin pensarlo, pero la pregunta de saber quién era había estado rondando en su cabeza desde que sus amigos mencionaron que también la conocían.

- Samantha Rivera, tú eres Abril garza.

- ¿Cómo sabes quien soy?

- Ayer tus amigos te dijeron Ari, y le pregunté a mi hermano mayor, y me dijo porque le pregunté - la miró de manera apenada- no quería que pensaras que era una rara acosadora o algo así - es compañero tuyo en la Universidad, es Osvaldo.

- Escuché algo sobre eso, ni sabía que eran hermanos.

- Medio hermano, pero si.

- interesante - susurró Para ella misma - gracias por ésto - señaló la galleta- ¡De nada! ¡Que tengas un buen día! - volvió a sonreír como siempre lo hacía.

Ari miró la galleta en sus manos luego de cerrar la puerta, era un gatito de chocolate con manchas naranjas, sonrió inconscientemente ante el detalle, era la primera vez que alguien se atrevía a darle algo tan sencillo personalmente sin algún toqué de picardía.

- ¿Quién era? - preguntó la señora garza bajando las escaleras luego de unos segundos.

- la chica de las galletas.

- dime que compraste para mi, Abi.

- No sabía que te gustaban.

- ¡A todos les gustan! - miró la bolsa en sus manos y Ari la escondió rápidamente - ¿Por qué las escondes? Dame esa, ni siquiera te gustan- trató de quitársela, pero fué más rápida y corrió hacia las escaleras.

- ¡Esta es mía! - gritó mientras subía las escaleras rápidamente.

La señora garza estaba sorprendida, nunca la había visto así, menos por una galleta.

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☽ • 𝐂𝐎𝐎𝐊𝐈𝐄𝐒 || 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 𝐀𝐔 • ☾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora