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-Les dije que debimos tomar un taxi-dijo Sam avergonzada, notando la mirada de sus vecinos sobre ellos.

-Filis vive cerca, no iba a pedir un taxi para cuatro cuadras -respondió Ama, abrazando con más fuerza su peluche favorito.

-Además, ya está oscuro, es normal andar en pijama a estas horas-agregó Spreen, caminando con seguridad mientras arreglaba su Gorra que hacía juego con su conjunto de dormir.

-Si, es normal, ¡pero no en la calle!-exclamó la de anteojos, cuidando que sus almohadas y peluches no cayeran.

Los tres se encontraban de camino hacia la casa de Oscar, todos vestidos ya con sus pijamas, caminando como si fueran plenas dos de la tarde.

Las personas los miraban divertidos, algunos solo reían o no les tomaba importancia. Sam insistió en que debían ir con ropas normales, pero sus amigos la convencieron de que sería mucho más práctico si ya iban vestidos.

Y por esa razón, Sam iba con su pijama blanca con pequeños pollitos de colores, Ama con su pijama morada y Spreen con su pijama blanca con caritas sonrientes .

Luego de caminar un rato, por fin llegaron. Los tres agarraron con fuerzas sus cosas y algunas bolsas de frituras que habían comprado de camino, acomodando sus ropas y verificando que sus pantuflas no se ensuciaran mucho en el camino.

Estaba de más decir que estaban nerviosos, los tres querían hacer como si nada, pero eran obvios.

- ¡Amitaaa!-exclamó Filis al momento de abrir la puerta, tomó la mano de la menor y lo metió a su casa, dejando a
Sam y Spreen solos.

Ambos se miraron confundidos y empezaron a reír, Ama ni siquiera sintió cuando ya estaba siendo jaloneada al interior de la casa.

-Ni siquiera nos saludó-dijo Spreen, tomando la mano de Sam para adentrarse al hogar de Oscar.

Cuando Sam y Spreen entraron, todas las miradas viajaron hacia ellos. Sam puso sus ojos rápidamente en Ari, se veía linda en su simple pijama blanca con rayas verticales Rosas, pensó que se veía como esas mujeres mayores con pijamas aburridas, pero aún así, le parecía linda.

Juan hizo señas a Spreen para que se sentara a su lado, el menor se soltó de la de anteojos rápidamente y corrió hacia donde le estaba haciendo espacio. Sam, por su parte, tomó asiento en el sofá,

sintiéndose un poco extraña al estar en una casa que no era la suya o la de sus amigos.

-Ahora que estamos todos, prepararemos algo de comer y luego veremos una película — dijo Filis, mirándolos a todos con una enorme sonrisa que de seguro no se le iba a borrar dentro de un buen rato.

-¿Cómo vamos a dormir?-cuestionó Ari, no podían todos dormir en la cama de Filis porque aunque fuera enorme, no era suficiente.

-¿Acabamos de empezar y ya estás pensando en dormir?-preguntó Juan con una mueca.

-No es eso, lo digo porque lo más seguro es que Filis se quede dormido rápido y nos deje en el suelo a todos-se cruzó de brazos la Castaña.

Sam rió en voz baja ante el comentario, Ari se quejaba mucho de muchas cosas y eso le parecía divertido.

-Lo tengo cubierto. Tú, Juan y yo dormiremos en el sofá cama-vio la mirada de disgusto de sus amigos- Sam, Ama y Spreen dormirán en mi habitación, creo que caben perfectamente en mi cama, ¿les parece bien?

Los menores asintieron sin protesta, al menos dormirían en una cama y no en el suelo o algo así,

Ari miró mal a Filis, estaría muy separado de Sam a la hora de dormir y eso no le gustaba, la vaga idea de verlo al despertar había sido una ilusión que rápidamente desapareció con el plan.

☽ • 𝐂𝐎𝐎𝐊𝐈𝐄𝐒 || 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 𝐀𝐔 • ☾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora