" YA NO TE AMO "

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Lunes, tan solo la palabra sonaba cansada; normalmente esos días Ekko se iba a trabajar, Jinx se quedaba sola atendiendo la casa y cuando estaban juntos compartían de una cena. Los lunes empezaron a tornarse cada vez más estresantes, dolorosos, vacíos y tristes. Era un nuevo lunes, Ekko veía boca arriba el techo de su hogar con un silencio preocupante.

Antes despertaban abrazados, con un buenos días al verse en un cálido amanecer que nunca olvidaría, esa sonrisa que veía al despertar era lo mejor que el mundo le dio, esa voz tan cálida, ese calor en su cuerpo, todo era perfecto. Todo era tan gris, las mañana ya no eran cálidas si no frías, sin risas ni sonrisas, solo el silencio acompañado con melancolía.

Jinx le daba la espalda, hace tiempo que lo empezó a hacer y eso le partía el corazón, reafirmando su idea de que cada vez la perdía más. Su necesidad de abrazarla era grande, sentir esa piel que tantas veces había acariciado, besado y tocado; volteo su cuerpo tratando de no hacer mucho movimiento, acercó poco a poco sus manos a su cintura atrayendola hacia el para sentirla.

-Hace cuanto que no te abrazaba así-aun seguía dormía, pero sus pestañas indicaban que abriría sus ojos. Los labios rozaron su cuello, repartió besos hasta llegar a su mejilla, estaba un poco fría pero no se comparaba con lo hermoso que era abrazarla.

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Jinx siempre mostraba estar en un estado de shock, en un trance, ya que nunca prestaba atención a las cosas. La distracción se debía a los sucesos traumaticos que padecía, ella ya estaba en un estado en el que ya no reaccionaba a la realidad, cuando Ekko lo supo en su cuarta terapia no lo podía creer.

-Dime Jinx, ¿cómo es la relación con tu familia?-pregunto el hombre en su silla visualizando cada acción de la chica, empezando con que su mirada estaba perdida.

-No convivo con ella-decayó su mirada ojerosa tratando de ordenar sus palabras. Era una terapia individual que les propuso a ambos, siendo Ekko el que a tenido más de estás, pero su cónyuge era la que más las necesitaba.-Nunca lo hice.

-¿A quienes te refieres?, madre, hermana, tía.

-Hermana, se llama Violet, nunca nos llevamos bien.

-¿Tus padres?.-La mujer sufrió una pausa por aquel recuerdo que la atacó de golpe, nunca tuvo unos padres, su hermana fue su madre en la mayoría de su infancia y adolescencia, pero no pudo evitar recordar a una mujer de cabello morado.-¿Jinx?.

-No los conocí, mi hermana fue la que me crío-respondió con algo de vergüenza.

-¿Qué edad tenía tu hermana?.

-No lo se, eramos muy pequeñas, cuando tenía ocho años ya vivía con ella sola.

Sintetizo rápido a una mala crianza por oír de su hermana y una falta de cariño que obligó a tomar decisiones desesperadas, incluso a alguien que la quiera. Ekko contó en su sesión que se habían conocido en la secundaria y se casaron muy jóvenes, por lo que la presión fue muy rápida.

Los maltratos, abusos, insultos los dedujo a la inmadurez que ambas partes tenían, la única forma que el moreno conocía para dar afecto era el maltrato, ya que según su confesión sus padres siempre lo maltrataron. Ambas partes estaban muy afectadas por antecedentes de la infancia, como lo eran el maltrato y el abandono, pero había aún una pequeña esperanza de que todo volviera a hacer como antes.

-¿Por qué me odias tanto Ekko?-era una pregunta que jamás fue respondida, siempre le era contestada por un golpe o insulto, sin embargo dado a las circunstancias quiso hacer un último intento.

-No te odio, solo no supe como amarte.

Lo consideraba una estupidez, ¿entonces por qué te casaste conmigo?. Quizás Vi tenía razón, nunca la amaría como ella pensaba, eso era lo que le dolió mucho en su momento, que su esposo empezó a romper toda ilusión. Ahora ya no sentía nada, ni siquiera tenia esperanza de que esto se salvara, no tenia a nadie, ni siquiera el amor que tanto necesitaba, solo una vida sin sentido.

-No te entiendo-dijo mirándolo con las pupilas caídas y con los labios abiertos con una cicatriz-pero dijiste que me amabas.

-Tenía quince años, no sabía que era amor, te amo Powder pero te hice mucho daño.

-Sigo sin entender.

-¿Qué no entiendes mujer?, teníamos diecisiete cuando nos casamos, éramos inexpertos en estos y mira lo que pasó, fue mi culpa por no estar mentalmente estable para este pasó, para ti, te arruine la vida Jinx, pero quiero arreglar todo, demostrarte que enserió podemos tener una relación estable.

-Ekko, yo no quiero seguir con lo nuestro, te lo suplico dame el divorcio y jamas volverás a saber de mi, si quieres quedarte con todo hazlo no me importa, solo no quiero seguir así.

-¿Y que piensas hacer?, vivir con tu hermana para que te deje peor.

-Ya no me importa, prefiero dormir en la maldita calle que estar aquí contigo.

-Por favor Jinx entiende, esto tiene solución amor solo necesitamos tiempo, podemos sanar nuestras heridas y amarnos como antes, yo se que aun me amas, yo aun siento algo por ti y no te quiero perder por mis estupideces, solo quiero estar bien junto a ti.

Solo negaba desesperada ante la insistencia del moreno, ¿qué no podía entender la situación?, era tan lógico su desinterés hacia su relación que solo quería darse por vencida a lo que una vez insistió en un momento, salvar su relación.

-Yo ya no te amo.

Fue lo que finalizo antes de darse la vuelta he ir a su pieza para empacar lo único que tenía, ropa, algunos accesorios y un libro en una maleta de cuero puesta sobre la cama. Escuchaba la puerta con seguro queriendo ser abierta por su esposos pero no había ningún ruido que no haya escuchado antes.

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Su sonrisa era tan radiante que iluminaba más que el atardecer de ese día, se acercó corriendo hacia su hermana mayor para que la contemplara. Un vestido blanco algo escotado y de tirantes, con una partidor para mostrar su pierna a la vez que la parte de atrás arrastraba un poco el suelo.

Vi la miró con una sonrisa tocando un mechón de cabello azul de su hermana menor, le dio un último sorbo a su copa de vino para dejarla caer al suelo, lo que hizo romperse.

-Niña estúpida, te casas con el primer idiota que te dice linda-su mirada parecía de pena y de algo que se venía esperar.

-No es lo que piensas Vi, el en verdad me ama, se que piensas que soy muy joven pero verás que Ekko me dará una buena vida.

-Lo dudo bastante, aunque cada quien puede arruinarse la vida como se le pegue la gana-sintetizo esto último poniendo su dedo en la frente de su hermano-si fuiste tan estupida para casarte a los quince, espero que al menos no lo seas al momento de dividir los vienes cuando se divorcien.

-Violeta, por el amor de dios deja a tu hermana en paz-sonó la voz gruesa de Jayce con ahora dos copas de vino, interrumpiendo el momento antes de que acabará en una obvia pelea-es su boda.

-Tu siempre metiéndote en lo que no te incumbe-lo miro con el ceño fruncido arrebatandole la copa para largarse a la mesa de postres.

Bajo un poco la mirada observando su ramo de flores analizando las frases que su hermana le dio, sintió tristeza a su obvio rechazo y tacharla de estúpida en uno de los momentos más importantes de su vida.

-Powder, ¿puedo decirte algo?-habló el contrario quien también miraba a su esposa con pena y tristeza.

-Adelante.

-Que los comentarios ajenos no afecten el mejor día de tu vida, independientemente por las razones por las que tomaste esta decisión tu eres feliz y eso es lo único que importa, solo asegúrate te tomar buenas decisiones en el futuro. El matrimonio no es cualquier cosa, lo sabes, pero depende de ti como lo veas; te felicito, ahora ve a disfrutar tu boda, no te estanques en algo que no vale la pena.

-Esta bien, gracias Jayce-levantó un poco su vestido y fue a paso veloz rumbo a Ekko, quien la recibió con un fuerte abrazo.

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       _ | 𝘚𝘦𝘹𝘪𝘴𝘮 | _   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora