Un noble, un vikingo

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Todo estaba preparado, la mañana comenzó y el sol iluminó la basta tierra. Recorrió el terreno una vez más y se aseguró que nada faltara.

—Midoriya-san—

—Buenoa días FatGum-san—

El corpulento rubio suspiro, a pesar que habían admitido todo y se disculparan, había algo que seguía sin estar bien.

—...ya lo he dicho pero, fue algo que debía de hacer—

Y el peliverde sabía a lo que se refería, sin embargo no estaba enfadado con el rubio o con alguien más, era solo que... era difícil, tener que ignorar para ayudar, ser fuerte cuando quería caer, todo era... difícil.

—FatGum-san, no ha hecho nada malo. Estoy seguro que solo siguió órdenes y espero que comprenda que no estoy enojado con usted o con alguien más, solo... trato de desempeñar bien mi papel—

Y fue difícil ver la sonrisa amarga en el otro, así eran sus caminos y debía de alegrarse al ver al peliberde aceptar aquello pero, simplemente no creía que estuviera bien que cargará con aquel peso.

Porque no era un vikingo de nacimiento, no lo habían preparado para aquello...

—Aunque no lo demuestre, créame cuando digo que no me alegra que este en esta situación, haré todo lo que este a mi alcance para llevarlo a salvo a casa—

Agradeció sus palabras y sintió una cálida sensación al escuchar "...para llevarlo a salvo a casa". A casa, ahora ellos eran su familia, su gente, su todo.

—Gracias FatGum-san—

Y el rubio pudo ver aquella sonrisa amable de nuevo, aquel brillo en sus ojos esmeralda y su tranquilidad regreso. Con una gran sonrisa asintió.

Haría todo lo posible para ayudar al peliverde.

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Vettlank - Costa sur

La brisa marina golpeó su rostro, observo una vez más el lugar y supo, al ver regresar al grupo de hombres enviados con anterioridad que algo andaba mal.

No había nadie cerca, habían perdido el rastro y además, no habían visto a ningún bárbaro por esa zona. Vettlank estaba siendo tomado por los nobles que vivían ahí, con ayuda de Novbarum y Scardinav pronto tomarían nuevamente la provincia.

Pero las tropas estaban desorganizadas y fue fácil pasar desapercibido al ver poco personal. No querían un conflicto pero al no haber otra alternativa lucharian pero, no estaban ahí para tomar esas tierras, estaban buscando a alguien. A alguien capaz de ayudar a su señor pero, de nuevo, en donde demonios estaba?

—Algo no esta bien—

Claro, podía verlo sin que lo dijeran pero, ¿qué era? No lo sabia o tal vez sí y no lo estaba viendo adecuadamente.

—Es como si nunca hubieran llegado—

Entonces algo vino a su mente, gracias a su compañera Curious lo comprendió.

—Debemos regresar—

La fémina lo miro sin comprender —A dónde?—

Realmente lo habían hecho bien, tenderles aquella trampa, realmente, eran unos desgraciados.

—Debemos regresar con Trumpet—

El lugar en donde terminéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora