Nacidos en lugares distintos, creciendo en dos culturas distintas. Dos jóvenes comenzarán su cruzada sin saber lo que el destino les depara.
Ambos aprenderan del otro, conociendo cosas nuevas juntos. Pero antes de llegar a poder convivir entre ello...
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Provincia de Ogsbar
—Váyanse— ordenó en calma.
El cuarteto observó con sorpresa a la rubia ceniza ante tal petición. El pelirojo sintió la mirada de sus amigos sobre él, esperando ayuda sobre lo que deberían de hacer. Kirishima miró al jarl y este solo asintió. Obedecieron y se retiraron, dejando al peliverde en aquel estado, con aquel par.
Bakugou miró la preocupación de la rubia ceniza por aquel peliverde, aquello solo lo hacia enfurecer aun más. Decidido, se acerco al peliverde para romper su cuello.
—Por favor!— gritó con desesperación la mujer —Jarl, se lo pido, perdone su vida—
—No lo hagas!— gritó con furia, tristeza y decepción al ver a aquella mujer apunto de arrodillarse por aquel peliverde —...vivirá—
No podía olvidar aquella escena, tampoco el hecho de saber que aquel había sido su primer intercambio de palabras en varios años. Apretó con fuerza aquel trapo húmedo, queria desahogarse, liberar aquello que lo atormentaba.
—Mamá—
Escuchó el murmullo de aquel joven, se acercó hasta la cama y se sento para poner sobre la frente del otro aquel trapo.
—...debería de agradecerte o golpearte?— preguntó en voz baja.
Bakugou observaba al peliverde quien reposaba en aquella cama, habia aceptado la petición de Mitsuki, le perdonó la vida a cambio de no acercarse a él hasta que este se recuperara. También habia ordenado la lejanía de todos hasta del hird mismo, él era el único que podía atender al peliverde.
Lo cuidaba con devoción
Habia descubierto varias cosas en su ausencia, una de ellas estaba clara, su madre adoraba a aquel peliverde, se había ganado la confianza de Kirishima y la del pueblo mismo. Cómo habia hecho aquello? Su gente cedió así sin más? No, claro que no. Él sabía la respuesta pero se negaba a aceptarla.
La matriarca lo acepto, el pueblo solo la siguió
El bastardo se habia atrevido a acercarse a su madre! No le importaba si había sido inconscientemente o consiente de ese hecho, no se lo iba a perdonar tan fácilmente pero!... gracias a eso habia podido intercambiar unas cuantas palabras con aquella mujer.
—...es una mierda, maldito Deku—
Él podia decir lo que quería, actuar como quisiera pero lo cierto era que, Bakugou amaba a su madre, a pesar de todo, a pesar de la distancia, él siempre la ha querido y durante todos los años se encargo de protegerla y proporcionarle un lugar seguro. Por eso se enfrento a los jarls, por eso fue con las valkyrias, todo para mantenerla viva a su lado.
—...mhg... duele...—
Había perdido a su padre, y sí, había sentido recelo y desprecio por la rubia ceniza por ello pero, todo eso desapareció cuando su mente se calmo. Para su mala fortuna, cuando decidió acercarse nuevamente a su madre, las cosas estaban demasiado tensas entre los dos y aquello solo empeoro sin darle muchas opciones. El orgullo no le permitía dar el primer paso y la decepción y el miedo a que le rechazara estaba presente por eso, por eso prefirió mantener la distancia y asegurar su bienestar.
