Familia o enemigos

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Los dos amigos se encontraban frente a frente en un pasillo de ese hospital manteniendo la mirada sobre el otro, el abogado buscaba la forma de decir las cosas lo más claras posibles y su mejor amigo lo entienda, porque su tía no era capaz de comprenderlo. Entonces esperaba que su mejor amigo, su hermano, Antonio Sandoval llegara comprenderlo porque en este momento necesitaba a alguien que le dé apoyo. Los amigos fueron a hablar en lugar más privado así nadie lo escuchará, entonces cuando los dos se encontraban en la cafetería empezaron a platicar, el abogado le contó todo, sus sentimientos cuando supo de la enfermedad de Bárbara hasta lo que hará de ahora en adelante. También le contó todo lo que había hablado con Cecilia.

-Nunca he dejado de amarla, no he podido dejar de hacerlo. Lo que me atrajo a ella fue que siempre chocaramos en polos opuestos, somos diferentes pero, no has unido una gran tragedia del pasado. Sólo Bárbara puede entender mi lado bárbaro y amarlo del mismo modo como lo hace con mi lado bueno. - explicaba Santos.

-Santos, en algo tiene razón Cecilia, te costó mucho salir de ahí. No puedes volver atrás.

-Antonio, ¿tú también? Es que no puede ser que no me entiendas, que necesito a mi mejor amigo, a mi hermano y a mi tía. Y no los tengo. En vez de tener una familia, pareciera que tuviera enemigos.

-Santos no digas eso, sabes que yo siempre estoy para ti.

-Pues en este momento, Antonio, no estás para mí. Mejor ocúpate de tu hija que te necesita, yo iré junto a Bárbara que me necesita ahora más nunca. - se levanta de su silla bruscamente y se va en busca de Bárbara.

-Espera, Santos.. Santos. - llamó inútilmente Sandoval.

Se llevó la mano en su frente pasándola por el rostro, suspiró antes de levantarse de su asiento y dirigirse a ver a su hija.

En el camino se encontró con una enfermera, no lo pensó dos veces para acercarse a ella, tenía que sacarse ciertas dudas.

-Disculpe señorita, necesito saber unos datos de una paciente. - habló con decisión.

-Si dígame, ¿Qué necesita saber?

-Me gustaría saber el caso de la paciente, Bárbara Guaimarán, es la mujer de mi mejor amigo Santos Luzardo.

-Ah, habla usted de la señora Luzardo. Sí, claro. Me imagino que tendrá cierta curiosidad
o alguna duda, pues verá. - la enfermera comenzó a explicarle su caso.

Antonio se mantuvo escuchando todo lo que tenía por decirle, puesto que él estaba dispuesto a entender a Santos y de esta manera podría saber no todo pero, parte de ello.

Hace unos días atrás

La familia Sandoval se encontraba en el cementerio del progreso acompañando a Antonio para darle el último adiós a Lucía Matute. A unos metros de ellos se hallaba Don Encarnación llorando al lado del sacerdote quien le daba el descanso eterno, Santos también se encontraba en el lugar, sólo por un momento para poder estar acompañando a su hermano del alma y dándole el adiós a su comadre.
Al igual que él estaba Marisela junto con Gonzalo quién decidió acompañarla, arrojaron cada uno una rosa a la difunta.

Una vez más cuando enterraban a Lucía, Encarnación Matute juró hacer pagar a Antonio Sandoval, éste al oírlo se le cargó los ojos de lágrimas y el pecho se le anudó.

Luego el anciano se fue hecho un mar de lágrimas.

Antonio dejó correr lágrimas por sus mejillas, sintió el apoyo de su padre mismo que lo abrazaba para darle fuerzas.

-Hay tantos bebés que pierden a su madre y tantas madres que pierden a su bebé. - dijo Marisela casi en un susurro. Limpió su rostro empapado.

Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora