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Han Jisung era un omega precioso, de cuerpo espectacular y con un olor que lograba encantar a todos.
Era popular en la escuela, tenía miles de amigos, al igual que pretendientes.
Su familia era rica y unida como ninguna otra.
¿Qué más podía pedir?
Los demás lo envidiaban, era perfecto en todo sentido.

Claro, aunque todo lo que veían de él eran apariencias, toda su vida era una mentira.
Su madre en realidad era una controladora de mierda y su padre un adicto que poco a poco perdía su fortuna en apuestas sin sentido.

No eran unidos como las fotos que colgaban de las paredes, no salían de viaje juntos, y mucho menos demostraban su cariño a su único hijo.

¿Sus amigos?
Todos falsos, solo se acercaban a él porque querían algo a cambio.
¿Pretendientes?
Sí, los tenía, sin embargo la mayoría de veces lo llevaban a la cama y hasta ahí se acababa el encanto.

Por esa misma razón Jisung prefería pasar el tiempo en casa de los Seo.
Dónde por lo menos se sentía amado.

Sus familias eran amigas desde hace años, así que para nadie fue sorpresa que cuando nació el primer primogénito de los Seo, los Han no tardaron mucho en intentar tener un cachorro.
Apenas pasaron un par de años cuando llegó el pequeño Jisung.

Claro, para ese momento Seo Jaehyun ya había cumplido cuatro años, pero eso no fue ningún problema porque su segundo hijo, Changbin, estaba apunto de tener su primer cumpleaños.

En cuánto se conocieron, se amaron mutuamente, eran muy unidos, les gustaba estar juntos y hacer pijamadas en casa del otro.
Changbin consideraba a Jisung como su mejor amigo, y la familia Seo adoraba al niño.

Desde que Han Jisung tuvo memoria sus padres le recalcaron que él debía ser la pareja de Changbin, siempre se lo repetían.

– Te vas a convertir en un omega obediente y vas a casarte con él

Fue lo que le dijeron cuando Changbin se presentó como alfa.

Él tan solo tenía trece años, seguía siendo un niño cuando se le fue impuesta esa decisión.
Lo que la familia Han no esperaba era que Changbin fuera enviado a Japón para estudiar en un internado de alto prestigio y aunque ellos también tenían dinero, no era el suficiente para pagar la estadía de Jisung ahí.

Así que sucedió, se separaron y aunque continuaban mandándose cartas no era lo mismo.
Jamás volvió a ser lo mismo.
Para cuando Changbin regreso, ya era todo un hombre, alguien tan guapo que podría tener a quién quisiera.

– ¡Tú no lo entiendes! - Jisung gritó - ¡Mi única meta en la vida acaba de terminarse!

– Dios, no es para tanto - Sungchan le dijo mientras lo veía apoyado en el marco de la puerta

– ¡Veté! - tomó una de sus almohadas y la lanzó hacia él - ¡Lárgate de mi habitación!

– Jisung-

– ¡No, lárgate, no quiero verte!

El alfa negó con la cabeza y salió con prisa cerrando con fuerza la puerta.
Fue entonces que Jisung por fin se tiró al piso, las lágrimas bajaban por sus mejillas mientras la ansiedad comenzaba apoderarse de él.
Era un fracasado, un omega inservible.

Los Seo eran su familia, con la que creció, con la que compartía sus regalos de navidad, la familia que ni siquiera era de su sangre pero que aún así lo amaban.
Y ahora, todo eso se había terminado.

Lloró aún más fuerte recordando cada uno de esos hermosos momentos, pero unos golpes en su puerta lo hicieron levantarse del frío suelo.

– ¡Vete Sungchan! - tomó su pequeño conejo de peluche entre sus brazos - Te dije que te fueras...

– No soy Sungchan, mi amor

Sintió sus huesos temblar al reconocer la voz de su madre, con prisa acomodó sus almohadas en la cama y escondió el animal peludo en su clóset.

– ¿Q-Qué pasa, mamá?

Susurró mientras abría la puerta.

– Oh, tu novio me contó todo lo que paso en el restaurante

La mujer se abrió paso a su cuarto examinado cada parte de éste.
Jisung limpió con fuerza sus mejillas quitando todo rastro de lágrimas.

– Juré que abría un desastre en este lugar, Han, parecía que de nuevo estabas teniendo uno de tus patéticos ataques

El omega negó con la cabeza viendo hacia el piso.

– Bueno, solo venía a preguntarte una cosa - dió una pausa antes de continuar - ¿Cómo que Changbin ya no quiere verte más?

Alzó los hombros en señal de resignación.

Mírame cuando te habló

La voz de alfa de su madre lo hizo levantar la cara, aunque ya sabía que le esperaba.
Una mano se impacto con fuerza en su mejilla haciendo que su rostro se volteara.

– ¿¡Qué le hiciste, niño imbécil!? - Eunbi le gritó - ¿¡Te parece que estás en posición de cagarla frente a uno de los Seo's!?

Jisung volvió a negar sintiéndose tan impotente, no podía gritar, no podía llorar, no podía mostrarse débil frente a ella.

– ¡Contesta, idiota!

– Lo intenté todo, mamá, pero él, él solo ama a Hyunjin

El omega contestó y eso pareció relajar a la mujer, pues respiró un par de veces antes de obligar a su hijo a tomar asiendo en el banco de su gran tocador.

– Bueno, entonces solo te queda un solución - Eunbi agarró el cepillo acariciando con sus largas uñas el mango de esté - Hyunjin tiene que perder al bebé

Jisung se paralizó al escuchar eso.
Oh, Hwang Hyunjin, el único amigo que se acercó a él con sinceridad.
Justo en los días en que se escribía con Changbin y se sentía totalmente solo en los pasillos del colegio, Hyunjin llegó, como si fuera una brillante estrella.

– ¿Perderlo?

– Sí, amor mío, en todo este tiempo no haz logrado ni una sola vez que Changbin lo engañará, pero sería una total desgracia que Hyunjin perdiera a su cachorro, no lo crees?

Jisung parpadeo sin poder asimilar lo que su madre le estaba insinuando.

– M-Mamá, yo n-no-

La mano de la mujer que acariciaba su cabello se cerró con fuerza jalándolo.

– Escúchame bien, Han Jisung, ese alfa es tuyo, la única razón por la que estás vivo es gracias a él y el único cachorro que tendrá va a ser contigo, ¿entendiste?

Han asintió lentamente mirando a su madre a través del espejo.
De nuevo el agarre se relajó y el cepillo comenzó a pasar entre su cabello.

– Eso es, mi omeguita perfecto

Cepilló un par de minutos los mechones azules mientras tarareaba una canción.
Cuando estuvo satisfecha devolvió el objeto a su lugar.

– Ahora, ya es hora de dormir - apretó sus hombros con suavidad - Veté a dormir, Jisung, y piensa en cómo harás que ese patético omega pierda a su bastardo

Eunbi sonrió caminando hacia la puerta, la abrió y cuando estaba apunto de salir, dijo por última vez:

– Sabes que ésto es por tu bien, no es así? - preguntó y Jisung asintió en silencio - Solo quiero que seas feliz, cariño, y sé que siendo parte de los Seo lo serás

Entonces por fin la puerta se cerró, al mismo tiempo, Jisung cerró lo ojos tratando de regular su respiración pero no lo logró, su corazón latía tan rápido en su pecho que sentía que podría salirse.

Abrió la ventana de su habitación para poder respirar algo de aire, necesitaba irse, salir de ahí.
Y lo hizo, se escabulló entré el jardín para huir de esa horrible mansión.
Subió a su auto sabiendo que probablemente su madre ya estaría dormida y condujo a su lugar seguro.

Su lobo aullaba en su interior de solo pensar que iba a dañar a un indefenso cachorro pero él debía ser perfecto, él tenía que ser el único en la vida de Changbin.
Costará lo que costará, lo haría.

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⏰ Última actualización: Aug 15 ⏰

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𝘚𝘦𝘵 𝘍𝘪𝘳𝘦 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘙𝘢𝘪𝘯 - ChangjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora