IV. En tiempo y lugar

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Ya había hecho bastantes de las cosas que generalmente hago cuando me levanto y más rápido de lo normal. Capaz porque ya quería hablar con mi mamá, como casi todos los domingos desde que estoy en bs.as, la llamo para saber como andan por allá y de paso saludar a mi gatito, Apolo.

Respeté lo más que pude el horario que me había puesto para llamarla, últimamente mi abuela está un poco más delicada de lo normal, hace bastante que la habían operado y recién cuando cicatrizó le comenzó a dar una cierta comezón del lado de adentro de la piel, y claro, eso conlleva un dolor indescriptible según ella. Por ende, quiero llamarla cuando sé bien que no está atendiendo a mi abuela, no quiero llegar a hacer que por culpa mía y por estar hablado conmigo, mi mamá se olvide de darle alguno de los medicamentos a la Tata.

...

El teléfono sonó varias veces, me llevó al buzón unas cuantas más hasta que del otro lado alguien atendió.

- ¡Mica! -Gritó feliz mi mamá.

- Hola, mamii. ¿Cómo andan, todo bien con la Abu?

- Si... ahí anda. Acá con Nahu la andamos supervisando bastante. ¿Y vos, corazón?

- Diría que bastante bien, aunque mi cabeza, últimamente, anda en otro lado. -Dije risueña al recordar esa sonrisa, esos ojos y sus característicos rulos.

- Mmm... che, che, ¿qué pasó ahí? Vos no sos mi hija. -Entre risas comentó ella, yo solo hice un sonido con mi lengua en mi paladar y negué con la cabeza aunque no me pudiese ver.

- No, ma... cualquiera, tampoco es para taaanto, pero no sé.

- Ajá, y contame, ¿cómo es?

- ¡Ma! Te dije que no, basta, che.

- Bueno, bueno. Entonces, ¿cómo te va en el cole?

- Re bien, el otro día fui a comer a lo de Héctor, un amor la madre, un dulce de batata. Comimos unas milas y a la tardecita me vine para casa, y eh... anoche...-Estaba por decirle lo que habíamos comido anoche, pero los únicos recuerdos que tenía de anoche era tener esos cálidos ojos mirándome fijamente.- Comimos... ¡Ah, pizza! Si, si, pizza.

- Bueno, hija. Me alegra que la estés pasando bien ahí, tanto que quisiste ir, ya estás ahí, disfrútalo, mi vida.

- Si, ma. Algún día vamos a poder venir todos juntos, vos, Nahu, la Abu, y claro, Apolo.

- Ah, si, Apolito. Acá está. -Se escuchó un chasquido seguido de un maullido.

- Aawww... mi bebé. ¿Cómo estás, mi amor? Mami te extraña.

- Es que, te escucha y se pone loco. Contéstale a tu mamá... -Le hablaba a Apolo.- dice que te ama.

- Yo más, corazón de arroz. -Yo estaba abrazando el teléfono, mi familia es mi único cable a tierra.

- Bueno, hija, nos vemos que la Abu se levantó de la siesta, te amamos, saludos. ¡Nahuel, vení a saludar a tu hermana! -Se escucharon un par de pasos y luego la voz de mi hermano.- Chau, mica. Te extrañamos mucho con la Tata, mami y Apolo.

Nahuel es mi único hermano, tiene 17 ¿o 18? No sé, el tiempo pasa rápido, muy rápido.

- Chauu, los amo.-Colgaron.

Amor Amarillo; Gustavo Cerati. [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora