Capítulo 10

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N/A: no ver multimedia hasta aviso xd

Dominik

    —Quítate eso del pelo —dije nada más entrar en el bar.
    —¿¡Qué demonios haces aquí, Dominik!? —chilló ella, empujandome fuera del establecimiento.
    —Tenemos que hablar —sentencie tomando fuertemente sus muñecas para que dejase de empujarme—. ¿Dónde sería un buen lugar?
    —Domi...
    —Hablo enserio.
Señaló detrás de ella, donde ponía: Solo para empleados.
La arrastré esquivando a las personas y a los compañeros de trabajo de Llyse.
    —¡¿Pero a ti qué te pasa?! —volvió chillar pegandome como pudo cuando cerré la puerta y me apoyé en ella—. No puedes irrumpir así aquí, ¿qué pasa si me despiden?
    —Tan solo... Quítate eso del pelo...
    —Creía que te gustaba el azul...
    —No lo entiendes, Llyse. No puedo perderte a ti también.
    —Haz el favor de explicar... —un quejido abandonó sus rojos labios cuando hice un poco más de presión en mi agarré.
    —Dime que no, Llyse. Dilo —intentaba parecer enfadado, pero estaba triste.
    —Yo...
    —Nos vamos —dije sin más y empuje fuertemente la puerta, arrastrándola conmigo—. Soy Dominik Santorski y la necesito —informé a su jefe, quien al oír mi nombre, solo tragó duro y asintió.
La metí a la fuerza en la limusina, sentandome a su lado.
    —No, ya no me gusta el azul.
    —¡Eso no importa! ¿Estás loco?
    —Por favor. Tranquilizate, ¿sí?
    —Vete a tomar por... —tapé su boca rápidamente. Últimamente se le esta haciendo costumbre decir insultos.
    —Vamos a ir a mi casa, y allí hablaremos, prometo explicártelo todo.
Las lágrimas bajaron por sus mejillas y miró por la ventana. Ignorandome.
    —Siento haberte hecho daño, siento haber irrumpido así en tu trabajo, pero no podía soportar que estuviéramos enfadados.
    —No estamos enfadados.
    —¿Me odias?
    —Odiar es un sentimiento, Dominik. Y yo no siento nada por ti —murmuró con una mirada fría.
Me había dolido, sí. Pero sé que a ella más.
    —Me ayudaste cuando más te necesité, y yo, de idiota, te ofendí y dejé que el enfado me dominara. Pero prometo que no volverá a pasar. Te quiero, Llyse.
Pude notar como se tensó y se estremeció a la vez, aún sin mirarme.
    —¿Quieres que me ponga el pelo rojo? —preguntó de la nada. Mirandome con decepción.
    —¿Qué?
    —No soy ella, Dom. Nunca lo seré.
Sabía que estaba mencionando a Alice. Pero por qué.
    —No entiendo porqué tendrías que ser ella.
    —Se te notó desde el principio. Cuando estabas en el hospital, todos los días susurrabas su nombre. Incluso cuando dormiste en mi casa. Y cuando me contabas lo de aquel mundo, la mencionabas y...
    —Llegamos —la puerta fue abierta, dejando ver al chófer.
    —Gracias —le murmuró Llyse, mientras la empujaba dentro de la casa.
Por suerte no había nadie.
    —Sé rápido.
    —Nunca fui rápido en nada.
    —Pues ya es hora —murmuró mientras se desataba el delantal.
    —Cuando todos me creían en coma, yo estaba en una especie de Limbo. Allí conocí a Alice —ignoré el vibrar de mi móvil en el bolsillo, sabía que era el chico que quería hacerme la vida imposible.
Ella abrió los ojos desmesuradamente y negó.
    —¿Qué... Qué clase de sitio era ese?
    —Era dónde iban los que se suicidaban, o eso me dijeron.
    —Pero eso no significa nada...
    —Me dijiste que Alice tenía el pelo rojo ¿no? —ella asintió—. Pero cuando la vi por primera vez, "despierto", era rubia. Eso significa, que el aspecto que tenían en mis " sueños", es como mueren.
    —Si vas a hablar de ella, mejor me voy. No sé que tengo que ver...
    —Estabas tú...
    —¿Yo?
    —Tenías el pelo azul... —me acerqué lentamente y tomé uno de sus mechones.
    —¿Por eso no quieres que mi pelo sea azul?
    —No soportaría perderte, ¿sabes? —sin darme cuenta, ya estaba muy cerca.
    —Prometo no cometer ese error —miró sus muñecas—. Si no vuelves a ser tan capullo.
Yo solo reí, y ella me imitó.

Melodioso.

Mi mano derecha se alojó en su nuca. ¿Qué hago? Y de sopetón. Ya tenía sus labios con los míos.

(N/A: ya, mirad la multimedia pls)

    —¿Eres estúpido? —pregunté frente al espejo.
Después de lo que hice, pensé que me seguiría. Pero no fue así. Solo se... Echó a correr.
Eran las tres de la mañana, y la lluvia chocaba contra las ventanas. La soledad me hacía compañía. Hasta que mi móvil sonó.
    —¿Hola?
    —Do-Dominik... Ne-necesito ayuda... —esa voz...
    —¿Dónde estás? —me levanté rápidamente y corrí a ponerme los zapatos.
Después de decirme el sitio exacto, salí corriendo con un paraguas y una manta. La vi en una esquina, bajó un toldo.
    —Llyse, diablos... —tapé su cuerpo y salimos corriendo bajo el paraguas.

    —Ponte está camiseta y estos pantalones —se las tiré cerca y yo me di la vuelta mientras se cambiaba.
    —Ya —dijo, dejando su ropa mojada cerca de la puerta.
Había pasado una semana desde la última vez que la había visto y su pelo, era ahora blanco.
    —¿Por qué está sangrando tu labio?
    —Monik se... Se ha enterado de que me han despedido y se ha enfadado conmigo —murmuró echándose en la cama.
    —Lo siento —dije sentándome a su lado.
    —¿Lo siento?
    —Sí. Por mi culpa te despidieron.
    —Oh, no fue por tu culpa. Le tiré la sopa caliente a alguien —rio.
    —¿En serio?
    —Sí —se desesperezó y se levantó, para ir a mirar por la ventana—. Parece que va para rato.
    —Monik te ha echado, ¿verdad?
    —Sí...
    —¿En qué piensas? —pregunté poniéndome a su lado.
    —En nada.
    —Sé que piensas en lo... Del otro día.
    —He llegado a pensar mucho en ello, pero lo comprendí.
    —¿Lo comprendiste?
    —Aja. Comprendí que me... Besaste porque tenías miedo.
    —¿Miedo?
     —Miedo a quedarte solo. Y luchar contra ese chico que te odia, contra tus padres. Contra el mundo.
Tenía razón. Tenía miedo. Pero no por eso le besé. Creo.
    —¿Realmente piensas que te besé por eso?
    —Pues sí... —su ceño se frunció.
Antes de volver a hablar, posé mis labios sobre los suyos.

(N/A: volved a mirar multimedia)

    —¿Y ahora? ¿Por qué te besé?
Otra vez.
    —¿Y ahora?
    —Do-Dominik... —susurró sonrojada.
Está vez volví a besarla, pero durante más tiempo. Aunque sin obtener respuesta. Me separé y levanté la mano hacia su mejilla. Hasta sus labios. Separándolos (N/A: xfabor, no malpensar). Y volví a unir nuestros labios. Pero está vez no se negó.

N/A: grita cual fangirl xD
Ok, ok.

Ese momento, en el que, TeamLlyse y TeamAlice están cara a cara v: okno

Pls, Adrien tiene la sombra de Marinette xd.

No seas ingenua -Dominik Santorski-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora