Dominik
-Hey, bebé-la inconfundible voz de Aleksander llegó a mis oídos en el momento en el que entré a clase-. Han abierto un bar de ambiente... duh, y nos preguntábamos si harías de stripper, huy, mejor no. No vaya a ser que tengas una erección-tanto él como sus estúpidos amigos rieron. O era imbéciles o eran imbéciles.
No le encuentraba otra explicación. Ni siquiera daba risa.
Tomé asiento al lado de la ventana y antes de que llegará el profesor me distraje mirando por ella. Una coche azul marino acababa de aparcar frente al Instituto, y se me hacía muy conocido. Era como el coche del hermano mayor de Llyse, o quizá, mi imaginación.
-Bien, clase. Abran su libro por la página 97-gritó el profesor nada más poner un pie en el suelo-. Hoy hablaremos de la guerra del 18...
Y enseguida me desconecté. ¡Señor Maklotov, a nadie le importa lo que hicieron esos vejestorios! Siempre igual, la historia era la asignatura que más odiaba. Era un martirio.
Volví a girarme a la ventana y sorprendido, me levanté enseguida, interrumpiendo al profesor, quien me miró mal al momento.
-¿Ocurre algo, señor Santorski?-cómo no, dijo mi apellido con asco.
-Pues si, Señor Amargado y cualquier cosa es mejor que estar en su mierda de clase. Así que, sí me disculpa, me iré antes de tirar el libro por la ventana-sin esperar una respuesta, agarré mis cosas y salí.
-¡Por favor, Gustov, abre la puerta!-le grité al conserje, que se encontraba mirando la típica revista pornográfica, pero no era momento de asquearme, había cosas más importantes.
Sonrojado, el conserje me abrió y en cuanto estuve cerca de Llyse, tiré de su mano para atraerla a mí y abrazarla fuertemente.
Ella era a quién había visto por la ventana. Las lágrimas surcaban sus pálidas mejillas y eso era lo que me había alertado. Era obvio que algo le ocurría; y no iba a esperar que aquella estúpida clase terminará. Ni de coña.
La peli-violeta derramó sus lágrimas por mi camiseta, mojandola toda, pero me daba igual. Mis brazos estaban aferrados por detrás de su espalda y debido a que ella era mucho más pequeña que yo -me refiería al tamaño-,y de la manera en la que apretaba su cuerpo contra el mío, apenas se le veían las piernas. Quería alejarla del mundo, como si sólo fuéramos ella y yo.
-Shhh, ya estoy aquí-susurré mientras acariciaba su sedoso pelo.
-Ya... veo-dije mirándolo a aquellos calculadores ojos verdes, pertenecientes al hermano mayor de mi mejor amiga.
-Llyse está muy afectada, ¡pero no soy capaz de tranquilizarla ni un poquito!-suspiró frustrado-. Sabía que sólo tú podrías, y perdonanos por haberte interrumpido las clases.
-No pasa nada. En realidad os estoy agradecido. ¡Vaya mierda de clases!-reí, intentando calmar el ambiente.
Toda la familia de mi amiga estaba destrozada.
Aleksy Jakov había muerto.
Madre de cuatro hijos. Hermana de dos mujeres. Importante para mucha gente.
El pequeño apartamento donde todos se alojaban, se encontraba sumido en la penumbra.
-Her-hermano... -una dulce voz nos hizo mirar en dirección a la puerta del salón. Allí se encontraba Llyse. Sus ojeras eran mucho más oscuras y su pelo estaba enredado. Su rostro denominaba tristeza. Agonía-. Monik quiere hablar contigo y... -movió su cabeza a un lado, indicándole al oji verde, dónde debía ir.
-De acuerdo-se levantó con prisas pero antes de cruzar la puerta, dejó un tierno beso en la cabeza de su hermana-. Quédate con Dominik un rato, pequeña. Ahora vuelvo-oí que le susurró. Ella asintió mirando el suelo.
-¿Has dormido algo?-pregunté cuando se situó frente a mí.
-En realidad, no-suspiró-. Quizá todo esto sea un sueño. A lo mejor sigue viva. ¡Rápido, Dominik! ¡Pellizcame!
Levantó su brazo, poniéndolo frente a mí. Negué cabizbajo y bajé su brazo.
-Llyse...
-¡Esto no puede estar ocurriendo! ¿Es una cámara oculta? ¡No tiene gracia!
-Llyse. Llyse, escucha...
-¡No, Dominik! ¡Mi madre no puede estar muerta! ¡Eso no...! -de nuevo, había roto en llanto.
Abrí los brazos, esperando que su cuerpo frío colisionara con el mío, formando un extraño abrazo.
-Llyse, por favor, tranquilizate ¿vale? Estoy aquí. Tu hermano está aquí. Tus tías están aquí...
-¡Era mi madre! ¡Una de las personas más importantes para mí!
-Lo sé, lo sé. Pero...
-¡Tú no lo entiendes! ¡Lo tienes todo y aún así te quejas!-sus palabras me sorprendieron, a la vez que me dolieron, más cuando se separó.
-Am... voy a pensar que es el dolor quien habla para evitar irme y...
-¡No! ¡Tú también, no! ¡Perdón!-rodeó con rapidez mi torso.
-No lo decía enserio. Shhh, no me iré-murmuré un tanto sorprendido por su cambio de humor.
-Dominik... -me llamó delicadamente, separando su cara de mi pecho, para poder mirarme a los ojos.
-¿Ahora q...? -lo que me había sorprendido está vez no había sido su bipolaridad. Sino sus labios sobre los míos.
Llyse me había besado.
(...)
Caminaba pensativo. De vuelta a casa.
Después de sentir sus fríos labios durante unos segundos, que hubiera durado más, si yo le hubiese correspondido. Cosa que no hice porque estaba anonadado... espera. ¿Eso significaba que si no fuera un completo imbécil le hubiera devuelto el beso? ¿Sentía yo algo por ella? ¿Desde cuándo sentía ella algo por mí? ¡Pero qué confuso!
Bueno. A lo que iba. Después de aquello, sonrojada, se separó y tiró mi brazo hasta sacarme al pasillo. Vamos, que me echó.
Me senté frente al ordenador de nuevo, siquiera me había dado cuenta de que había llegado, ni de que había encendido el portátil.
Vacilando, dirigí el ratón hacía Second Life, pero una pantalla negra apareció y luego, el rostro de una chica con el pelo rubio.
Pero no era Sylvia.
Era Alice.
N/A:
Jelou.
Está aburrido, lo sé.
Pero bueno... ¡LLYSE BESÓ AL DOMINI'! ¿Qué os parece ella?
#Llyminik -LlysexDominik- or #Dose(?) -DominikxLlyse- is real, bitch.
-NekoFuera-