Capítulo 9

187 18 5
                                    

Llyse

Apreté fuertemente su delicada mano y noté como, con la mano libre, tomó con más fuerza las rosas negras, para luego tirarlas al cuerpo sin vida de Alice.

—Lo siento—susurré en su cuello, pues yo solo llegaba hasta allí.

—No ha sido tu culpa—tragó fuertemente, intentando ocultar sus ganas de llorar.

—Sueltalo todo, Dom, todos—suspire, apoyándome en su hombro.

No tarde en sentir gotas caer por mi pelo y pequeños sollozos abandonar sus labios. Tan distraída estaba en intentar darle mi apoyo, que no me di cuenta de que una figura muy familiar estaba mirándome a lo lejos. Una figuraba que no pretendía ver durante mucho tiempo.

—Ve—murmuró mi mejor amigo (N/A: viva la friendzone).

Al principio dudé un poco, pero opté por hacerle frente a mi hermano.

Dominik

Cerré los ojos y dejé que el sonido de los pies de Llyse pisando delicadamente el césped fuera lo que único que me uniera al mundo de los vivos, porque realmente, lo único que deseaba era volver a intercambiar palabras con la pelirroja que ahora se encontraba en un ataúd. Puede que realmente no la conociera, o que solo pasara en mis delirios, pero ella me entendía. O yo la entendía a ella.

—¡Perdoname!—bramó la voz enfurecida del hermano de mi amiga.

Cuenta hasta 10 antes de intervenir.

—¡No puedo!—le respondió, todo lo fuerte que pudo, que no es que fuera mucho—. Dime, ¿qué hubiera pasado si no llegaba a estar Jakub allí? ¿me hubieras matado?—murmuró ofendida.

Me clavé las uñas en la palma de la mano lo más fuerte que pude, al imaginarme el cuerpo sin vida de Llyse.

No os lo negare, Llyse era aún una niña. Le quedaba mucho por vivir, bajo mi vigilancia, obviamente.

—Yo... Yo... ¡Te juro que no sé que me ocurrio!

—¡Yo sí! ¡Lo que te pasaba era el alcohol, el puñetero alcohol!

—Esa boca...—dije, esperando que me oyera.

—¡No te metas!—me riñó—. ¡Y tú! ¿Realmente crees que saldrás impune después de lo que me hiciste? ¡Prometiste no volver a hacerlo! ¿Recuerdas?

—Un segundo... ¿"Prometiste no volver a hacerlo"?—me reincorporé, sin creerme lo que había oído —. Dime que no te ha golpeado antes.

—Do-Dominik...

—¡Dímelo!

—¡No, Dominik! ¡No es la primera vez! —gritó situándose frente a mi, Jak—. ¿Y qué me harás? ¡Eh, niño de mamá!

Cuenta hasta 10 antes de...

A tomar por culo los jodidos numeritos.

Mi puño impacto fuertemente en su rostro y así comenzó nuestra pelea, con Llyse intentándo separarnos, llevando algún que otro golpe por parte de su hermano. Cosa que me enfurecía aún más.

—¡Que no la toques!

—¡Es mi hermana! ¡Yo hago con ella todo lo que me de la santa gana!

—¡Por favor, parad!

Al sentir sus pequeñas manos en mi pecho me detuve, pero él no. Protegí con su brazos su cuerpo, hasta que en un movimiento rápido, el pie de Llyse acabó en las partes nobles de Jak.

Auch.

(...)

—Siento no habértelo dicho antes, pero es que... —notaba su voz algo distorsionada, debido a que una puerta nos separaba.

—¿Es que qué?—la interrumpí—. Llyse, por favor. No busques excusas baratas.

—¡No son excusas, Dominik! ¡Lo hice porque sabía que ya tenías suficientes problemas para que aún por encima le añadas problemas de una fracasada!

—¡No eres una fracasada, Llyse!

—¡Claro que lo soy!—dio un gran golpe a la puerta, sorprendiendome—? ¡No soy capaz de nada! ¡Ni de plantarle cara a mi jefe! ¡Ni siquiera soy capaz de decir que te quiero!

En aquel momento me quedé mudo. Obviamente sospechaba algo por aquel furtivo beso.

—¿Ves? ¡No valgo ni para callarme!

—Llyse...—abrí la puerta y me coloqué a su altura, para luego pasar un mechón, de los que escapaban de su desordenado moño, detrás de su oreja—. Yo también te quiero, Llyse. Pero puede que no de la misma manera.

—Obviamente no, ¿quién querría a esta adefesio?

—¡Maldita sea, Llyse! ¡Aún eres joven! ¡No sabes lo que dices!

—¡Oh, perdón, Tutankamon!

—¡Sé más de la vida que tú!

—¿Eso crees? Que por viajar por todo el mundo, con tus forrados padres ¿sabes más que yo?

Abrí la boca para hablar, pero ella ya se estaba alejando, muy ofendida. Quizá metiese la pata, un poquito.

—¡Oh, cierto! ¡Tus padres llamaron! Dicen que ya puedes volver, pero se me olvido decirlo porque ¡como soy tonta!

—Perdón... —dije, un poco tarde. Luego me encerré en el cuarto, para preparar mi ida.

Una hora más tarde, una limusiona estaba esperándome frente al edificio. Me despedí de todos, menos de la pequeña chica, que me esperaba en la puerta.

—Olvidame—informó Llyse justo cuando estaba por abandonar el apartamento.

—¿Realmente piensas romper nuestra amistad, por una riña de nada?

—¡No es solo eso! ¡Yo no puedo seguir siendo tu amiga, si no es lo que quiero! ¡Y aún por encima llamándome tonta!

—Nunca te llamé tonta. Llyse, por favor.

—Tan solo... Marchate—susurró y desapareció de mi vista.

Bajé las escaleras con parsimonia y pensando. Cuando al fin acomodé en el asiento, me di cuenta de una cosa.

Llyse se había teñido de azul.

N/A:

Hello, cuanto tiempo, eh.

Ahí tenéis vuestro merecido capítulo.

Otra cosa. ¿Alguna fangirl de Nico Di Angelo? De Percy Jackson. Es que ahora me dio la venada, y quise hacer un fanfic de él en mi cuenta principal: @BringMeTheNeko

Bye~

No seas ingenua -Dominik Santorski-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora