Capitulo 15

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Y de la nada la única incomodidad que sentía era yo misma.

—¿Papá? —Intenté llamarlo por quinta vez. Su mirada estaba perdida en sus papeles.

—¿Qué? Dime —Respondió finalmente. Fruncí el ceño confundida ante su comportamiento.

—¿Pasó algo? Estás muy perdido últimamente —Me preocupé.

Quizá necesitaba un descanso; solo pasaba sus días metido en una oficina que ya parecía su casa. Al menos cuando yo todavía no estaba casada, papá se pasaba de vez en cuando por la mansión, solo para visitarme, pero ahora se encontraba rodeado de documentos y archivos de todo tipo.

—Es lo de siempre, problemas con mi "esposa" ya sabes... —Apenas la mencionó decidí no dar mi opinión, ya había hablado de ella varias veces. —No hagas esa cara... por cierto, tienes que venir a visitar a tu hermanito, cuando puedas, claro...—Cambio de tema: probablemente ya había hecho una mueca sin darme cuenta.

—Sí creo que lo haré este fin de semana —Le sonreí. —Ya terminé esto, me tengo que retirar por ahora, no hice mi tarea... —Dije casi riéndome, "No hice mi tarea de japonés moderno, pero ya termine de revisar la tabla de ingresos de la empresa".

—No te preocupes, ya puedes irte, te quiero mucho, mandale saludos a mi yerno —Dijo mientras salía de la oficina, solo despidiéndome con la mano.

No era una rutina muy bonita que digamos, ni yo sabía cómo me daba tiempo para comer e ir al baño, pero era agradable sentir que le era útil a papá y si no le resultaba útil al menos le brindaba apoyo moral.

El chófer como siempre estaba afuera esperando mi salida. Lo único que pensaba en estos momentos era en que iba a cenar y si Shouta ya había tomado sus medicamentos.

Últimamente se me daba por dormir en el carro mientras volvía a casa. Ya no dormía mis ocho horas, ahora eran solo cinco y mi siesta en el carro lo compensaba un poco.

Cuando llegué a casa, Shouta estaba en la sala hablando por teléfono. Me abstuve de gritar "Estoy en casa" cuando lo escuché hablar. Parecía estar en una llamada de trabajo.

—Claro, pero la lista de representantes ya debería estar finalizada, falta una semana para el festival... —Habló cansado. —Sí, está bien, no hay problema si se aumentan, pero revisen bien a quienes están aceptando y me mandas la ficha cuando esté corregida... Gracias. —Colgó, se le veía muy frustrado, volteó a verme y yo le saludé con la mano.

—¿Tomaste ya el medicamento? —Me senté en un lado libre del sofá.

—Ya lo tomé ¿cómo te fue hoy?

—Hoy estuvo tranquilo, te veo más cansado de lo usual, ¿qué pasó? —Intenté chismosear. Estas últimas semanas las cosas andaban atareadas para los profesores de la academia, todo por las preparaciones del festival deportivo.

—Hoy se debe entregar la lista de auspiciadores del evento y también las agencias que fueron invitadas, pero no la han terminado. No puedo.

Se le veía muy estresado; estaba recostando su espalda en el sofá, mirando hacia el techo. No era el único profesor involucrado en la situación, pero se supone que él estaba en algún tipo de descanso médico y le estaban dando trabajo de más cuando él debería estar recostado en la cama y no atendiendo llamadas. Llegó a recibir llamadas a la dos de la mañana, porque se necesitaba de la aprobación de todos los tutores y él era uno.

—Había encontrado la posición perfecta —Se quejó.

—¿Estabas durmiendo?

—Sí... —Ahora se le escuchaba triste.

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⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

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