Inseparable [Bbangsaz]

10

— Supongo que lo pondré en el armario. Porque cada vez que veo esta foto me pongo triste y no quiero estar triste delante de Hanni. — Minji suspira mientras quita la foto de la pared del salón y la mete en el armario.

Poco después oye el timbre de llamada. Se dirige a la puerta principal y la abre.

— Haii! — allí está la chica sonriente cuya sonrisa es suficiente para hacer el día de Minji 1000 veces mejor.

— Entra. — Minji toma la mano de Hanni y la lleva dentro.

— Por fin estoy en tu apartamento. — dice Hanni emocionada mientras sus ojos recorren el apartamento.

— Si, lo siento, debería haberte invitado antes. He estado muchas veces en tu casa, pero es la primera vez que vienes a la mía. Es que mi apartamento estaba muy desordenado y me daba pereza limpiarlo todo bien. — explica Minji.

— Minji, a veces hablas mucho. — Hanni frunce el ceño mirando a Minji.

— ¿Eh? — Minji mira confusa a Hanni.

Hanni da un paso hacia Minji y se acerca tanto a Minji que literalmente pueden sentir el aliento del otro en la cara. Este es un nuevo hábito de Hanni que ha adquirido recientemente. Después de aquella noche en la que Minji fue demasiado atrevida y Hanni entendió que tenía permiso para tocar a Minji siempre que pudiera sin hacer que Minji se sintiera incómoda, no paraba de hacer skinship con Minji y acercarse mucho a ella al azar. Se da cuenta que Minji se asusta mucho pero no le importa porque Minji no se siente incómoda y eso es lo que importa.

— ¿Quería una explicación? ¿Hmm? — pregunta Hanni, mirando directamente a los ojos de Minji.

Minji está literalmente en pánico por otro lado. Se ha dado cuenta de que ahora a Hanni le gusta hacer cosas que le dan pánico. Obviamente ella no puede mostrarlo lo que la hace sentir como si hubiera un tornado dentro de ella. Nunca antes había sentido algo así.

— Errr. —  Minji se rasca la nuca.

— No necesitas explicarme. Sé lo desordenada que eres. Ni siquiera sabes peinarte bien. — Hanni se ríe.

— ¿Cómo dices? —  Minji mira a Hanni con incredulidad.

— ¿Te he mentido? Tengo que arreglarte el pelo todos los días en la universidad. Tampoco sabes planchar tu ropa, me la das a mí para que la planche. Ni siquiera sabes vestirte bien ni qué ropa comprar. Por eso me das la talla de tu ropa para que te la compre. Y yo tengo que elegir la ropa todos los días. — concluye Hanni en un suspiro.

Minji se queda boquiabierta. Hanni la ha dejado literalmente alucinada. Pero todo lo que dijo Hanni es cierto. Pero, sinceramente, nunca pensé en ello en profundidad. De repente se convirtió en una rutina. Su vida era muy desordenada, pero luego se dio cuenta de cómo Hanni puede hacer todo organizado para ella. Por eso le pide a Hanni que lo haga todo por ella. Y Hanni tampoco se queja ni nada.

— Por cierto, no quiero decir que esté cansada ni que pienses que me quejo. Solo digo que ya se que eres bastante desordenada así que no necesitas dar explicaciones sobre ello. — Hanni tira del cuello de Minji agarrádola y da un ligero golpe en la frente de Minji con la suya.

— Gracias a Dios, por un momento estuve casi triste. — Minji mira a Hanni con sus ojos tristes.

— Eso es tan típico de ti. Piensas demasiado en todo. — Hanni resopla.

Después de darle a Hanni todo el tour por el apartamento, Minji finalmente le muestra su dormitorio. Y su habitación sigue un poco desordenada, lo que hace que Hanni mueva la cabeza decepcionada.