Después de aquella maravillosa boda, donde rieron, bebieron, bailaron y se divirtieron de lo lindo, como hacía mucho no lo hacían, Hyunjin y Felix tomaron rumbo a su fabulosa luna de miel. Estaban desesperados por poder pasar toda su primera semana de casados juntos y solos ellos dos, sin nadie al rededor.
Hacía mucho tiempo que no podían compartir un momento de intimidad juntos, sin que se metiera alguien y sean interrumpidos.
Felix estaba emocionado, demasiado feliz. No paraba de mirar su mano con esos maravillosos anillos, los que compartían de antes que fue con los cuales Hwang le propuso matrimonio, y ahora uno de casados. Simplemente no podia esconder su felicidad, estaba tan feliz que juró que podría llorar por ello. Aunque ya había llorado bastante durante la boda.
Hyunjin por otro lado iba manejando. Iba atento al tráfico ya que había mucho, y quería llegar lo antes posible a esa playa privada, en esa hermosa casa de veraneo que compro solo para esta ocasión. Ver las hermosas olas pegar fuertemente en la orilla de la arena humeda.
Por más concentrado que fuera en la ruta, de vez en cuando desviaba su mirada con una enorme sonrisa al ángel que tenía sentado al lado. Quedando maravillado por el mismo cada que lo veia. Solo podia pensar en lo bello que se veía y en lo mucho que quería besarlo, amarlo y cuidarlo por siempre.
Tantas eran las ganas de un pequeño beso, aunque fuera corto, de esos acorazonados labios que no se aguantaba más. En un semáforo en rojo, sin previo aviso, tomo ambas mejillas del menor asercandolas a si mismo para besarlo. Terminando por robarle un pequeño beso lleno de amor, sorprendiendo al más bajo.
Lee río en respuesta, asercandose a la mejilla del alto depositando un beso allí.
Después de un tiempo en silencio disfrutando de la presencia del otro, una voz lo interrumpió.
-¿Que es lo primero que quieres que hagamos cuando lleguemos? -preguntó con un tono de coqueteó el que iba al volante.
Lix sonrió en respuesta y dijo; -Es una sorpresa.
Acabo liberando una carcajada al ver la cara de inconformidad de su esposo. Tenía algo en mente, pero no se la quería decir a su pareja, sino, ¿qué gracia tendría la sorpresa?
Ya habiendo pasado un rato largo, Felix se quedó dormido, el viaje era demasiado largo pero al fin, llegaron a la tan preciada casa. Al fin, solos y en paz.
La casa era mejor en persona que en fotos, debían admitirlo, bueno, en realidad Hyunjin debía admitirlo. Felix seguía dormido por el cansador y extenso viaje, ademas el no había visto la casa aún, ni siquiera en fotos, era una completa sorpresa para él.
Era hermosa, una enorme casona con grandes ventanales al frente, y un enorme patio, con un lindo jardín de rosas. Incluso, aún desde donde estaban se podía ver la hermosa playa. Lo que más destacaba de esa vista de ensueño, era como las grandes olas azuladas mezcladas con tonos celestes y blancos, por la espuma de mar, daban en la calida y humeda arena de la orilla. Era simplemente un descanso visual presenciar eso.
Se dispuso a sacar a su esposo todo soñoliento del auto. Todo el caminó entero solo duraba unas cuatro horas, y Felix se habia dormido como una hora y algo antes de llegar.
Desabrochó su cinturón de seguridad y lo tomo por debajo de sus piernas y espalda, acunando todo su peso en el pecho de si mismo. O sea, que simplemente lo cargo al estiló princesa, y camino hacia la entrada de la casona, donde en la entrada lo despertó con un suave y dulce; -Bebé, llegamos.
Lo hubiera dejado dormir más rato, pues se veia muy lindo así, pero sino lo despertaba ahora, probablemente se enojaría con él al despertar, además quería que viera la casa por dentro y por fuera.