Le tomó algunos días, pero ya estaba cerca de terminar los otros pendientes atrasados. Además, con la ayuda de Ivy –le encargada bibliotecaria–, se puso al corriente bastante rápido con las novedades de sus próximas responsabilidades en el nuevo museo. Los preparativos para la inauguración estaban en los últimos detalles, la gran edificación se mostraba maravillosa desde afuera. Con detalles sofisticados y creativos. Sus moretones ya estaban a nada de desaparecer también, aunque le causaban leves molestias algunas veces.
— En realidad, cuando abran el nuevo museo, habrán más personas apoyándote con la administración, obviamente. Yo estoy dentro de esas personas. Así que relájate, no estarás sola –habló con voz suave–.
— Ah, es un gran alivio saber eso. Comenzaba a sentir mucha presión de sólo pensar en que la fecha ya estaba cerca y tendría que arreglármelas absolutamente sola... Muchas gracias, Ivy. Has sido muy buena conmigo estos últimos meses.
— Simplemente, es parte de mi trabajo.
Dio algunas palmadas a su hombro. Ivy, a vista de los demás, parecía alguien apática y distante. Sin embargo, para Jane era muy diferente; su ahora compañera tenía muchas cosas por las que se preocupaba y era capaz de forjar lazos profundos con otros. En algún momento de ocio se sinceró sobre su vida y le contó que a pesar de no tener una buena relación con su familia, se mantenía al pendiente de sus hermanos menores –todos hombres– y padres; alimentaba a los animales callejeros cerca de su vivienda, y les regalaba algún aperitivo a quienes recogían la basura de su vecindario. Ivy era, realmente, una persona altruista oculta.
— Ven, ayúdame a reorganizar esta pila de libros. Trae el carrito de allá –se dirigió a la azabache apuntando hacia la pequeña bodega. Jane no tardó en asentir y acompañarla llevando el dicho carrito–.
Juntas, cruzaban los pasillos de la silenciosa biblioteca. Con el casi nulo sonido de las llantas avanzando por la elegante alfombra que se extendía a lo largo y ancho de todo el lugar. Mientras Ivy lideraba el camino y se detenía para devolver a su lugar unos cuantos libros en varios de los pasillos, Jane se mantenía en silencio, estaba dispersa. Hecho que claramente no pasaría desapercibido para la mayor.
— Jane. ¿Te ocurre algo malo? –cuestionó sin más–.
Eso descolocó a Jane, provocando que parpadeara un par de veces para volver al momento presente.
— ¿Cómo...?
— Me refiero a los días que no viniste. Entenderé muy bien si no quieres contarme, ¿sabes? Pero no puedo dejar de sentirme algo inquieta. Sólo... dime si estás bien –Ivy ahora se había detenido de lo que hacía para poder mirar a Jane, con una tenue señal de preocupación–.
Se tomó unos minutos para pensar lo que sería mejor responderle. ¿Sería prudente contarle realmente lo que pasó? Sabía que Ivy era de fiar, pero aún con eso, no estaba segura.
Absolutamente sabía nada de su yo del pasado. Quería que se mantuviera así.
— No tienes nada de qué preocuparte, Ivy. Solamente me enfermé. Cualquiera se enferma alguna vez, ¿no crees?
— Pero tú nunca faltas... –insistió–.
— Pues, siempre hay una primera vez. No debo forzar a mi cuerpo si está enfermo, debo dejarlo descansar para que se recupere. Sabes que tengo razón.
Sólo como precaución, mantenía el cubrebocas puesto por si el maquillaje no había logrado tapar las huellas restantes del incidente. Y ahora con la excusa de que había enfermado, pensaba que era más convincente. Eso esperaba.
Ivy analizó sus palabras un momento. Era cierto que no siempre todo se mantendrá exactamente igual, era normal que alguien enfermara. Quizás había cuestionado de más a su compañera.
— Tienes razón, lo lamento. Me puse algo paranoica. Terminemos con esto.
Ambas jóvenes recorrieron gran parte de los pasillos antes de terminar la tarea mientras charlaban amigablemente sobre libros interesantes que estaban o no en poder de la biblioteca, con sus voces bajas y suaves, para no incomodar a los otros estudiantes presentes.
Ese mismo día, recibirían por correo una noticia que motivaría más su labor.
Pero especialmente para Jane, cambiaría su destino.
Probablemente para siempre.
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𝙎𝙖𝙙𝙞𝙨𝙩𝙞𝙘 𝙇𝙤𝙫𝙚 | ᴊᴇꜰꜰ x ᴊᴀɴᴇ x ʜᴇʟᴇɴ
FanfictionSiete años después del asesinato de sus padres, Jane consigue recuperar algo de su vieja normalidad mudándose a Seattle, Washington e intenta deshacerse de su venganza gracias a su nueva vida. Sin embargo, de forma inesperada, Jeff vuelve a hacer su...