Siete

138 17 1
                                    

Un año nuevo, lleno de cosas nuevas.

Ya habían pasado dos días desde la cena navideña y ninguno había cortado la comunicación.

Jungkook y Taehyung luego de despedirse la mañana de año nuevo se hicieron una promesa indirecta y desde entonces los mensajes de texto y las llamadas no dejaban de entrar en el celular del Omega.

Y el tampoco se quedaba atrás, correspondiendo los dulces mensajes de buenos días y buenas noches del guapo pelirrojo.

Esa mañana fue diferente, siendo apenas tres de enero por la mañana Jungkook nunca imaginó tener a un repartidor en la puerta de su apartamento con un bello ramo de tulipanes morados y lo que parecía una caja de desayuno.

—Buenos días. —El hombre frente a el reverenció a modo de saludo—. ¿Es usted Jeon Jungkook?

El apenas asintió sin saber qué era lo que estaba pasando en realidad.

En cuanto vió esto el chico le entregó gentilmente el ramo y la tibia caja.

—Excelente, necesitaré que firme aquí para que quede lista la entrega. —Con cuidado le señaló el pie de la página de entrega con sus datos y luego un bolígrafo fue puesto en su diestra.

Jungkook sacudió su cabeza para salir de sus pensamientos.

—L-lo siento, creo que es un error... Yo no he pedido nada de esto.. —Con un tenue sonrojo habló.

El repartidor soltó una suave risita y negó.

—No es un error. —Leyó la misma hoja que el Omega tenía que firmar y señaló un nombre en ella—. El pedido fue hecho a nombre de Kim Taehyung, para ser entregado a dirección de Jeon Jungkook.

Y así sin más su rostro se volvió un tomate, totalmente presa del bochorno.

¿Taehyung le había mandado flores? Ah, y no solo eso.

Sus flores favoritas.

Salió de su ensoñación y tan solo se limitó a firmar con un ligero temblor en sus manos, luego despidió al repartidor y cerrando la puerta volvió a la soledad de su apartamento.

Soltó un suspirito enamorado justo después.

Y como si al pensarlo estuviera invocandolo, su celular sonó mostrando en la pantalla ese apodo que el alfa se había colocado al encontrarse la primera vez y que el se vió incapaz de editar.

Mi futuro Alfa.

No dejó que sonara el segundo tono para contestar, siendo el alfa el primero en saludarle.

Buenos días, hermosura... ¿Cómo estás hoy? —Esa ronca voz parecía estar más rasposa que de costumbre, por ello dedujo que recién despertaba.

Una sonrisa tímida se le escapó mientras dejaba los recientes regalos sobre la mesada.

—Buenos días, Taehyungie —Un tono meloso y bajito—. Estoy muy feliz, al parecer un guapo Alfa me ha enviado flores.

Y el desayuno, chiquito. —Soltó coqueto, Jungkook no pudo pasarlo por alto.

—Uh, si, el desayuno también. —Una risita brotó de ambos y eso solo logró enrojecer al Omega.

Mi futuro omega debe estar siempre bien alimentado, y sobre todo muy consentido. —Prosiguió con tono suave, Jungkook subió al banquillo de la mesada, totalmente abochornado y observó la caja—. Anda, abre la caja, sé que llegó hace poco y aún no le echas un vistazo.

El obedeció con tranquilidad, abrió la caja y al ver su contenido no pudo evitar los veloces latidos de su corazón.

Un batido que parecía ser de café, caramelo y chocolate con su respectiva crema batida y trocitos de maní.

Unidos por el destino 𝙏𝙖𝙚𝙠𝙤𝙤𝙠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora