Tres

121 16 0
                                    

Su corazón latía desbocado dentro de su caja torácica, desesperado por los nervios que empezaban a embargarle por completo, consumiendolo poco a poco.

Mordía la uña de su dedo pulgar mientras sus ojos miraban todo a su alrededor, identificado cada pequeña y gran cosa que lo rodeaba.

Por lo que sabía estaban en el "bosque" rodeado de altos pinos con hojas verdes, delgadas y que al caer hacían resbalar sus pies, aún les faltaba algo de caminata para llegar a su destino, una mansión abandonada que había sido propiedad de un juez que tras hacer un pacto con el mismísimo Lucifer, murió sin dejar rastro.

Si bueno, eso creían los ingenuos humanos.

En medio de su ansiedad sintió unos cálidos brazos rodeándolo con cuidado, tratando de que calmara su errática respiración.

—Tae... Debes calmarte un poco, sé que estás nervioso, pero apenas vamos a nuestra casa y ya estás a punto de morir. —Su hermano, con un semblante delicado le dijo, mientras daba un beso en su frente.

—Jinnie tiene razón, Tae, eres todo un campeón, te va a ir muy bien con ese Omega. —Esta vez ayudó un poco Hoseok, sonriéndole un poco.

Namjoon solo asintió con su cabeza y el suspiró profundamente.

—Gracias por el apoyo, chicos, de verdad son de gran ayuda. —Devolvió un pequeño beso en la mejilla de su mayor y se separó para seguir su caminar.

Un par de horas pasaron y al fin estaban frente a aquella gran casona, la cual a pesar de estar llena de maleza por la falta de mantenimiento y tener desteñida la pintura por estar al sol y al agua sin refrescarla, era bastante amplia y por lo visto acogedora también.

—Es linda. —Con una inocente sonrisa miró la casa, dándose cuenta de todos los pequeños detalles.

Jin lo miró feo y negó empezando a chasquear sus dedos por doquier, en un parpadeo la casa estaba renovada, tenía servicios y un bello jardín reverdecido con bellas rosas y arbustos.

Los tres alfas abrieron sus ojos y boca totalmente helados, sin saber en qué momento o como diablos hizo eso.

—¿Qué caraj-.. —Empezó el menor de los alfas siendo interrumpido por su hermano, de nuevo.

—De nada, Taehyungie, ahora tomen todo e instalen sus cosas. —Con una sonrisa coqueta tomó sus maletas y empezó a caminar meneando sus caderas.

—¿Ustedes sabían que podía hacer eso? —Preguntó y bufó al ver cómo los mayores negaban.- Increíble.

[...]

—Jungkookie, ¿No haz pensado en empezar a buscar un alfa? Eres jóven, y tienes muchas cualidades, ¿Aún no te interesa ninguno? —Jimin miraba por el espejo a su mejor amigo mientras este colocaba una mascarilla en su rostro. Pudo verlo negar—. Oh... ¿Te gustan lo omegas? Es algo muy común hoy en día, digo, mi primo Taemin-..

—¡HYUNG! —El menor de ambos lanzó la brochita de aplicación al mayor, logrando golpear su frente mientras lo miraba, ahora de frente y muy sonrojado—. No es eso..

—Oh.. Lo siento, pero auch. —Se sobó mirándolo con el ceño fruncido a lo que el menor rió bajito.

El pequeño tomó asiento junto al mayor, en su cama, y suspiró recostando su cabeza en su hombro.

—Aún no creo conocer al indicado —Puchereó triste, y luego de nuevo esa imagen del otro día que lo hizo remover—. Aunque..

—¿Aunque..? —El mayor se removió interesado, volteando a mirarlo y haciendo ademanes de que siguiera hablando.

—He tenido la imagen de un chico en mi mente, pero jamás lo he visto, en serio, nunca. —Relamió sus labios y asintió un poco—. Pero es muy guapo, y sin dudas me gusta, me... Atrae.

—¡OH POR DIOOOOS! HAY QUE AVERIGUAR QUIÉN ES. —El mayor empezó a saltar en la cama mientras movía con efusividad el cuerpo ajeno.

—H-HYUNG ESPERE. —Tras ser soltado respiró ligero—. Yo, de verdad nunca he visto a alguien así, solo... El solo llegó a mi mente.

Bajó su mirar sonrojado y algo triste, tal vez ese alguien que imaginaba solo era eso y ya, producto de su imaginación.

Triste, muy triste la verdad.

O eso fue hasta que su amigo habló de nuevo.

—¿Sabes? Es curioso, porque yo también tenía a Yoongi-Hyung en mi mente antes de conocerlo, lo soñaba, lo pensaba, llegaba de la nada... —Miraba a la nada mientras recordaba y relataba para el menor—. Y luego de unos meses solo... Solo apareció, y ahora sé que es mi destinado.

Una amplia sonrisa le dedicó al mayor, y seguido de ello lo escuchó gritar, asustandolo un poco por su reacción.

—¿Y si el chico en el que piensas es tu destinado pero aún no lo conoces? —Solo eso bastó para que su corazón latiera y su Omega moviera la colita desesperado.

Y esa noche no pudo dormir.

No cuando aquello rondeaba su cabeza y lo ponía a pensar.

Tal vez, solo tal vez, aquello era posible.

Y así era, solo que no lo sabía, no aún.

-Moon.

Unidos por el destino 𝙏𝙖𝙚𝙠𝙤𝙤𝙠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora