Deja vú

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Volví a mi rutina.

Academia, hospital, entrenamiento. Solo que esta vez parece ser que Kushina quería supervisarme muy rigurosamente.

De vez en cuando me exigía más de lo que alguien de mi edad podría soportar, en sus ojos veía culpa, obligación y expectación. Me dijo que debo ser fuerte, que este mundo es peligroso y debo prepárame lo mejor que pueda.

Esos días son el mismo infierno, aprender a volver a pararte después de recibir una maldita golpiza unilateral.

Hoy es ese día.

-No te quitaré de ahí hasta que no hayas hecho mil flexiones- dio un fuerte aplauso- animo solo te faltan 362- intentaba alentarme-.

Mientras que yo estaba boca abajo de un acantilado con mis pies sujetándome a un bastón que sobresalía para ejercitarme.

Sabía que me dejaría aquí hasta el punto de desmayarme, así que volví hacer las flexiones.

-Eso es- sonríe claramente orgullosa- 361...360...

Fue una tarde más dura que cualquiera hasta ahora. Aún embarazada buscaba la forma de salirse con la suya.

¿Lo peor? Eso era el calentamiento...

-Bien! Hoy no te desmayaste así que podemos aumentar la dosis, además tus sellos de gravedad ya no te ayudan también subiremos el peso.

¿Por qué acepte esto?...

-Creo que estás lista para emplear fuerza magnificada, de hecho Tsunade es muy conocida por esto. La clave es tener un perfecto control del chakra y llevarla a un punto en específico como puños o piernas.

-Siguiente...- la frase quedó a medio terminar cuando la esposa del tercer hokage apareció- ¿Eh? Biwako-obaachan, ¿qué haces aquí?

La vena de la frente de Biwako-san comenzó a palpitar y había un tic en su ceja- ¿Cuántas veces debo de decirte que soy tu mayor y me hables con respeto?- su voz tenebrosamente tranquila.

-Vieja sabes que eso nunca va a pasar, solo dime lo que quiere el consejo.-dijo Kushina mientras hacía ademanes con la mano y una cara de aburrimiento.

-Tenemos el lugar donde darás a luz vengo para enseñártelo, creo que así estarás más tranquila.

El lugar se volvió más silencioso, si bien dar a luz es algo con lo que ella sueña no quita los riesgos que trae n

-S-SUGOI!!! No me estás engañando verdad abuela?! Es increíble!- rió, gritó y saltó- Minato irá con nosotras?, Mitsuri-Chan hoy tu infier- cof cof- perdón tu entrenamiento se pospone iremos a ver la habitación para la llegada de Naruto!!

-Alto ahí Kushina, Mitsuri no puede venir.

Lógico, aún si soy ayudante de Kushina no es suficiente para que me confíen la locación secreta de el lugar donde será su parto. Aún más cuando el consejo está al tanto de mi, no se fían, más cuando puedo ser un estorbo para ellos si llego a ser una molestia en sus planes.

- Por... ¿por qué? Ella es apenas una niña que está a mi cuidado por lo menos dentro de sus horas de entrenamiento, además de ser alguien a quien ya considero parte de mi familia Biwako-obaachan! No supone ninguna amenaza, confiamos en ella. - su postura se volvió determinada y desafiante - creo tener capacidad suficiente para decidir si quiero alguien a mi lado para compartir mis mejores momentos y si ella no va... no doy un paso fuera de Konoha.

Esto... era demasiado siento calidez en mi corazón, tengo unas inmensas ganas de llorar... me considera su familia, aún cuando yo solo soy una inútil cobarde... gracias...

Reencarné en NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora